𝐛𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐩𝐢𝐞𝐜𝐞𝐬; prince zuko

i. regret

CAPITULO UNO | REGRET.
( the farewell )

       NAERYS EMPACABA LENTAMENTE en su valija principal, la chica se concentraba solo en guardar sus objetos más preciados y los que quisiera al alcance. Ni siquiera se había dado cuenta de las otras tres mujeres que empacan sus otras pertenencias. Durante los días siguientes a que le dijeron que iría con el príncipe Zuko, las dudas comenzaron a llenarla.

Saliendo de sus pensamientos cuando una de las sirvientes tocó su hombro y le señaló la puerta, ahí su padre se encontraba parado.

Caminando hacía la puerta lentamente y comenzando a seguir a su padre sin decir algo. Padre e hija subían las escaleras del castillo por lo que Naerys asumió que irían a su despacho pero rápidamente descartando esa idea al ver que salían a uno de los torreones del castillo.

Tuvo que cerrar un poco sus ojos para acostumbrarse a la luz del sol, siguiendo a Athalor hasta la orilla del torreón y observando el mar que se extendía hasta donde su vista no alcanzaba.

—Tengo una tarea especial para ti —hablo Athalor primero. —Es de vital importancia que esto quede como secreto. —Entiendes? —inquirió el hombre. A lo que la chica asintió.

—Conoces la importancia para nuestra nación y su gente el poder volver a ser independientes. —comenzó a explicar. —Nos han humillado y nos han negado lo que es nuestro por derecho y para recuperarlo necesitamos ayuda. Aun de quien nos han pisoteado.

—El heredero al trono de la Nación del Fuego, su futuro rey es el mismo chico que ahora mismo se encuentra en una situación desafortunada y necesita ayuda.

—Eres buena ayudando, ¿no? —preguntó el hombre para saber si la chica ya empezaba a captar.

—Eso dicen, me gusta ayudar —respondió la chica inocentemente.

—El príncipe Zuko ahora mismo ocupa mucha ayuda y por eso tu iras, serás nuestra representante por eso necesito que des un buen ejemplo.

—Eso es todo? —inquirió la chica pensando que su tarea era sencilla. —Claro que voy a ayudar.

—Hay algo más... —divago Athalor.

—El príncipe Zuko tal vez se sienta muy solo...

—Ser su amiga? —interrumpió Naerys. —También lo puedo hacer.

—Si, pero sabes, estas en edad para el compromiso —Athalor mencionó, el rostro de Naerys descomponiéndose al escuchar la palabra matrimonio. Todavía era muy temprano, pensó.

—Imagínate ser la esposa del Señor del Fuego y ser la libertadora de Radvryn —imaginó Athalor, y entonces Naerys rapidamente lo entendió.

—Quiero que para cuando regreses, regreses como la siguiente reina de la Nación del Fuego —ordenó Athalor explícitamente. —Si no, considera que has fracasado.

Naerys no dijo nada quedándose viendo al suelo, sin embargo Athalor consideró que había comprendido.

—Imagínate el impacto en la historia que tendrá, devolver la libertad a una nación esclavizada y al mismo tiempo ser la reina de la Nación del Fuego —Athalor tomó por el hombro a su hija viéndola a los ojos. —Esto lo hacemos por nuestras futuras generaciones, imagínate a todos esos niños que no tendrán que vivir esclavizados pero libres.