𝐛𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐩𝐢𝐞𝐜𝐞𝐬; prince zuko

𝗽𝗿𝗼𝗹𝗼𝗴𝘂𝗲.

PROLOGUE.

Naerys siempre había sido bastante descuidada, se escapaba con su hermano al pueblo para ir a comer dulces en el mercado. A pesar de que era peligroso que la heredera de Cobblestone anduviera por ahí sin protección y aunque todos conocieran a la familia Zyy, Athalor nunca confiaría en que la Nación del Fuego no metiera sus manos.

La chica siempre había sido muy transparente, no teniendo filtro lo cual le trajo muchos problemas en especial en sus visitas a la Nación del Fuego.

En especial cuando se trataba sobre el príncipe Zuko y criticar su pobre fuego control, llamándolo patético. Llegó a pensar por mucho tiempo que esa era la razón por la que había dejado de visitar el Palacio de la Nación del fuego.

Pero comenzó a crecer, y a las malas Naerys aprendió a que no todo lo que pensabas se decía. Sin embargo su personalidad honesta y alegre se había mantenido y era casi imposible dejarla de lado.

Era una pre-adolescente alegre que corría por los pasillos, tratando de evadir todas sus responsabilidades, y aunque Athalor hacía todo por su cuenta y dejaba hacer que sus hijos hicieran lo que quisieran, sabía que en algún momento Naerys comenzaría a tener más responsabilidades. Y ese momento estaba muy cerca de comenzar.

Aunque estaban en verano ese día estuvo nublado por la mañana pero para el mediodía el sol ardía tan fuerte, que causaba dolor de cabeza. Esa tarde Naerys prefirió quedarse debajo de su cama después de sus lecciones, en la oscuridad y frescura de su cama, escondiéndose. Pudo haber estado así todo el día hasta que el sol se ocultara y cenar en su habitación y así lo hizo pero desafortunadamente la sacaron de su rincón con la excusa de que su papá la buscaba.

Afortunadamente para ella, el sol ya no estaba en cielo y ahora las estrellas y la luna adornaban el oscuro cielo, las lineas entre el mar negro y el oscuro cielo eran difusas.

El despacho que su padre usaba era casi como otra parte del castillo pero con algunos objetos que definitivamente eran curiosos, paredes de piedra como todo el castillo pero una pintura que ocupaba toda una pared, la pintura era de unos dragones y de las pocas pinturas de dragones que había en todo el castillo e incluso en todo Cobblestone.

La chica no pensó mucho en la razón por la que su papá la había mandado llamar, su hermano Daeron también estaba ahí, Naerys yendo a pararse al lado de él.

Athalor se encontraba sentado en su escritorio escribiendo en un pergamino, con una seña de mano hizo que el guardia que la había traído saliera de la habitación dejándolos solos en el cuarto en silencio.

—El príncipe Zuko ha sido desterrado —fue lo único que Athalor dijo. Naerys y Daeron solo compartieron una mirada de confusión.

—¿Cómo pueden desterrar a su príncipe heredero? —preguntó la chica de trece años.

—En la carta que mandaron no especifica la razón pero mis espías dicen que perdió un Agni-kai —respondió el hombre todavía escribiendo. —Ahora si quiere volver tiene que encontrar al avatar.

—Al avatar?!? —exclamaron los hermanos.

—¿Que no ha estado desaparecido por cien años? —inquirió Naerys recordando sus lecciones de historia.

—Según yo ya estaba muerto —dijo Daeron pensativo.

—Es lo mismo, ¿no? —pregunto confirmando su pregunta volteando a ver a su hermano, a lo que él asintió

—Prácticamente es lo mismo —confirmó el chico.

—Eso no es lo importante —el hombre golpeó la mesa llamando la atención de los hermanos.

—El príncipe Zuko por primera vez saldrá al mundo, y ya no tiene el respeto de ser el heredero y el avatar no será fácil de hallar —habló el adulto.

—Entonces el avatar si importa —interrumpió Daeron, llevándose una mirada molesta por parte de su padre.

—No, eso no quería... —se excuso pero fue vuelto a ser interrumpido.

—Pero tú dijiste que no importaba —repitió Naerys lo que Athalor había dicho hace unos segundos, el hombre sólo pudo rodar los ojos y suspirar.

—Dejemos al avatar por un momento —sugirió Athalor.

—La cosa es que el príncipe Zuko buscará tripulantes para su aventura —comenzó a explicar Athalor para volver a ser interrumpido.

—Porque los llamas príncipe Zuko, si ya no es príncipe —inquirió Naerys, llevandose un asentimiento por parte de Daeron.

Athalor suspiro antes de volver a reformular lo que había dicho.

—Zuko probablemente busque tripulantes para su embarcación —volvió a decir el hombre y padre de los dos adolescentes.

—¿Saben lo que significa? —inquirió el hombre, específicamente viendo a Naerys. Los dos hermanos negaron.

—Necesitamos apoyar y ayudar al príncipe Zuko en su misión —explicó Athalor. —Mandaremos algunos tripulantes y necesito que alguien vaya a representarnos políticamente.

Los dos hermanos no dijeron nada, pero Daeron pudo comenzar a tener una idea. No era por ser buena persona, buscaba algo a cambio. Y todas sus suposiciones se confirmaron inmediatamente.

—¿Qué te parece también ir al viaje Naerys? —preguntó el hombre mirando a su hija. —Serán como vacaciones, puedes explorar.

Naerys sin pensar mucho asintió. Serían como unas muy largas vacaciones. Una sonrisa complaciente adornó los labios del hombre.