𝐛𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐩𝐢𝐞𝐜𝐞𝐬; prince zuko

ii. the avatar is a kid?

CAPITULO DOS | THE AVATAR IS A KID?
( el avatar )

LA CHICA SUSPIRO HABÍAN SIDO unos largos tres meses. Naerys veía calladamente como el general Iroh acomodaba sus piezas del juego.

El día era monótono sin ninguna novedad hasta que un fuerte sonido se escuchó y una luz vertical salió desde algún lugar en el agua hasta el cielo. Naerys rápidamente dirigió su mirada a la luz brillante y por un momento se olvidó del frío que le helaba los huesos.

La luz brillaba con intensidad y Naerys sentía que no podía apartar su mirada de ella.

—¡Por fin! —el chico exclamó. —Tío, sabes lo que esto significa?

El chico volvió a ver a su tío de forma demandante.

—Que no podré terminar mi juego.

—Me refiero a mi búsqueda, ya casi termina —Zuko dijo firmemente, y Naerys solo podía esperar que así fuera porque ya no aguantaba el frío y lo monótono y deprimente que era estar en el barco, en un lugar donde el sol casi no salía.

Iroh solo hizo un sonido de decepción, probablemente porque ya no iba a poder terminar su juego.

—Esa luz provino de una fuente increíblemente poderosa, tiene que ser el! —el príncipe exclamó y con eso la luz se desvaneció.

—O quizás son luces celestiales, hemos discutido esto antes, Príncipe Zuko. No quiero que te entusiasmes por nada —el General Iroh ofreció otra perspectiva y Naerys asintió a lo dicho. Era mejor si Zuko no tenía altas esperanzas, por eso después el chico se la pasaba gritándoles. —Por favor siéntate. Porque no disfrutas una relajante taza de té de jazmín.

—Zuko, tu tío tiene razón. No te ilusiones mucho —como siempre Naerys hablo. La chica asintiendo lentamente a lo que Iroh decía, Zuko necesitaba un tranquilizante. A la chica le sorprendía como a el chico no le había explotado la cabeza de tantos corajes que hacía.

Y hablando de corajes, no pasó tanto para que el chico hiciera uno.

—¡No necesito ningún té relajante!! —el chico grito viendo a su tío. Nadie se creía eso, Naerys pensó. —¡Y tú! Sigo siendo tu príncipe! No soy cualquiera.

— ¡Y necesito capturar al avatar!!

Naerys rodó los ojos sin ocultarlo, fastidiada una vez más de la actitud del príncipe.

Después de esto el príncipe procedió a fijar un nuevo curso, se dirigían hacía la luz. Naerys llegó a la conclusión que no había mucho que hacer afuera y aguantar los enojos del chico más el frío que le comenzaba a calar los huesos.

La chica se dirigió hacía su habitación, subiendo las escaleras rápidamente queriendo escapar de la sensación de entumecimiento. Una vez dentro de su cuarto encendió una especie de linterna grande, para alumbrar el oscuro y frío cuarto.

Tal vez no hacía tanto frío y pudiera parecer que exageraba pero para ser el sur era frío, en especial cuando la chica no estaba acostumbrada a ver tanta nieve. Y para el lugar donde había vivido toda su vida, el Polo sur era un lugar frío e inhóspito, lo cual Naerys odiaba y la ponía de mal humor. Más el hecho de constantemente lidiar con el humor del príncipe.

A menudo la chica se preguntaba si había llegado a llamar y ser amiga del mismo chico que ahora se la pasaba gritando.

Dejando la linterna a un lado de su futón, procedió a quitarse las botas de cuero negras. Aventandolas al otro extremo de la habitación.