III

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Su mente iba dando miles de vueltas, una donde no había retorno alguno. Luego de haber aceptado la propuesta de su jefe, lo despacho a su hogar e informo que al siguiente día se presentara a primera hora de la mañana para hacer valer lo que habían pactado a simple voz.

Sexo de madrugada, asumió con una voz cansada en su mente.

Sacudió la cabeza y observo con duda la puerta del despacho de Sasuke de ese día. No estaba seguro de lo que sucedería, pero no había marcha atrás y tenia miedo. No por lo que podría llegarle hacer, conocía sus mañas y había una razón especial del porqué odiaba tanto a los alfas dominantes: eran su tipo ideal. Altos, fuertes, guapos, intimidantes y con poder, una mezcla que revolvía su interior hasta el punto de no poder dejar de pensar en él. Sasuke reunía todo aquello más el sabor de sus feromonas provocaron que cada neurona de Naruto encendiera las alarmas de su cuerpo, sino mantenía su mente fresca lo más probable es que terminara enamorado de Sasuke Uchiha de igual forma como sucedió con Nine Nakamura.

En una de las tantas llamadas con Gaara, tuvo la oportunidad de preguntar sobre Sasuke y lo que obtuvo solo causo que su pecho se contrajera más y más. Sasuke Uchiha, el alfa dominante, era un hombre justo y sanguinario, jamás lastimaba a niños o mujeres, a excepción si una de ellas realmente se lo merecía hacia el trabajo él mismo, jamás dejaba que otros hicieran el trabajo sucio por él. Un experto trabajando en la línea frontal junto a sus seguidores provocaba en la gente admiración y respeto. Naruto trato una y otra vez buscar alguna falla en su personalidad o algún defecto físico, pero fracaso sintiéndose al mismo tiempo asustado de caer rendido antes sus perfectos pies.

-¿Vas a entrar?-la voz a través de la puerta erizo cada vello de su cuerpo. Su espalda se tenso y sus manos comenzaron a sudar-¿O necesitas más tiempo?

Naruto suspiro, no se percato hasta muy tarde que su cuerpo comenzó a liberar feromonas sin su consentimiento, o al menos eso quería creer.

Abrió la puerta tan rígido que sus músculos comenzaron a doler, aunque para su sorpresa no era el único desprendiendo, una esencia que logro relajar cada parte de su cuerpo. El olor a leña recién cortada envolvió a Naruto haciéndolo respirar hondo notando levemente un olor a menta. La combinación repercutió fuerte en su mente, si se atrevía a cerrar los ojos para disfrutan aquel esplendido aroma apostaría su vida que se encontraba en un bosque plagado de árboles de copa alta con su característico viento fresco que templaba su piel y no en una sala de reuniones común de un hombre bien acomodado.

Vio como Sasuke se colocaba de pie acercando su cuerpo al suyo. Las esencias se mezclaron en el aire dejando un ambiente libre y dulce a la vez.

-Me siento como en un parque de diversiones-comento dejando que Sasuke posara la cabeza en su hombro izquierdo.

-Un parque rodeado de árboles en donde su principal atracción es la venta de algodón de azúcar-susurro oliendo el nacimiento de su cuello.

Estaba sorprendido, era exactamente lo que estaba pensado, sus esencias combinadas provocaban un escenario fantástico y fresco en el cual ambos podrían descansar, o al menos eso sentía. Las constantes caricias en su cintura de las frías manos de Sasuke sobre su piel erizaron cada nervio dormido. Su cuerpo era consciente de cada toque y caricia del alfa que comenzó a liberar con más libertad envolviendo y haciendo trizas la cordura de Naruto.

Tomo su cabello y lo acerco sin cuidado alguno hacía su boca, si Sasuke estaba sorprendido por su acción no lo noto, estaba tan envuelto de él que lo único que pensaba era en ser tomando por aquel alfa. No le importaba si era en el suelo, sobre el sofá o sobre el escritorio, quería sentirlo entre sus piernas.

Sasuke apoyo a Naruto en el respaldo del único asiento de la sala, con algo de dificultad logro que tomar asiento con él parado frente sus ojos.

-Desnúdate.

CONEJO DORADO - NARUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora