La seguridad de los Sarutobi era excelente, al punto en que no encontraba lugar aislado para poder relajarse. Cada esquina de su residencia, trabajo y hoteles que visitaba estaban plagados de sus trabajadores. Su habitación siempre era custodiada por dos guardias, de no haber hablado en persona con Asuma seguramente ellos habrían estado en cada equina de su cama para vigilarlo y no afuera como lo hacían.
Contando el día de hoy, ya sumaban catorce días desde que despidió a Hyuga Neji y sus compañeros. No quería admitirlo, pero extrañaba el eficiente trabajo que realizaban con tan poco subordinados, y las habilidades de cada uno pulidas a la perfección para desempeñarse en su tarea.
No había hablado con Naruto desde aquel fatídico día, aunque la siguiente noche recibió un mensaje de su parte disculpándose de manera profesional, que lamentaba todo lo sucedido y que no era necesario pagar el trabajo extra que había hecho durante su guardia. Aquellas palabras escritas en su teléfono lo habían enfurecido provocando que la sala en la que estaba se llenara de feromonas pesadas y espesas para cualquier persona que las inhalara.
Tenia claro que fue él quien se alejo, pero una parte de su mente pensaba que Naruto -o su equipo- continuaría peleando por su trabajo, sin embargo, todos se fueron en cuanto dejo salir las esas palabras de su boca. Se sumergía en la fe de que en cualquiera de los siguientes días Naruto lo llamara y le suplicara volver a estar con él, no se trataba de algo sentimental, pero el tener sexo con una omega dominante lo había satisfecho de una manera que nunca había experimentado antes. Necesitaba volver a tener ese omega entre sus piernas.
El día décimo séptimo de su lejanía con Naruto, recibió un extraño anuncio de su secretaria quien le indicaba que Nine Nakamura deseaba tener una reunión con su persona en privado. La mujer estaba tan nerviosa que no sabia que contestar, por lo que tendría que volver a llamar por la tarde para poder confirmar su cita, y así fue.
Nine era el tipo de hombre que Sasuke más odiaba, se trataba de un posible enemigo al cual se enfrentaría en un futuro cercano. Lo supo a sus prematuros diecisiete años cuando lo vio por primera vez, desde aquel día en que sus familias firmaron un pacto de solo dos semanas de duración, un trato para realizar un trabajo y acabar con la única persona que pudo haberlos destruirlo.
Al siguiente día Sasuke tomo de su café esperando la llegada de Nine a su oficina.
Necesitaba quitar cualquier posibilidad de un futuro ataque al recibir una repentina solicitud para iniciar una reunión por parte de Nine Nakamura, eran rivales, jamás se veían o discutían sobre trabajo o siquiera mujeres. No lograba hallar un tema especifico por el cual hacer que Nine, el jefe del clan Nakamura se presentara en persona en su oficina. A no ser, que supiera sobre el actual paradero de Naruto.
Pensar aquello lo hizo sentirse incomodo.
Tocaron tres veces la puerta para ser abierta y mostrar el semblante de uno de sus subordinados. Dejo pasar al reconocible Nine junto a Kabuto, líder del clan Yakushi. El carácter tranquilo e indiferente de Kabuto irrito aún más la paciencia de Sasuke, a diferencia de Nine quien estaba serio. Tomaron asiento frente a Sasuke no sin antes recibir una tasa de café para poder saber al fin de que trataba todo.
-Es muy generoso de tu parte recibirnos, Sasuke-comento Kabuto bebiendo de su café-. Estoy sorprendido. Jamás creí que el jefe del clan Uchiha nos permitirá esta reunión.
-Solo esperaba a uno de ustedes, pero a tu respuesta es por simple curiosidad.
-Me han contado mucho sobre ti-continuo Kabuto ignorando por completo la tasa que sostenía-, pero jamás que fueras curioso.
Sonrió dejando notar que algo serio estaba sucediendo.
-A menos que este escondiendo algo-acabo Nine por Kabuto.

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CONEJO DORADO - NARUTO
FanfictionUna propuesta indecorosa. Una venganza. Dos vidas desgarradas y unidas por mentiras y seducción. Las acciones de un alfa dominante y la obediencia de un omega más un trastornado alfa.