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-¿Dónde está? Jamás llega tarde.- Dinah estiró mucho el cuello para conseguir ver hacia la puerta del restaurante desde su lugar.

-De seguro no va a venir.- Comentó Chase rendido- Otra vez.

-¡Ahí está! .- Exclamó Ally.

Camila sintió un dolor en el cuello de lo rápido que se giró para ver si lo que decía Allyson era cierto. No pudo evitar sonreír en cuanto notó que Lauren estaba acercándose a la mesa que solían ocupar todas las noches de sushi. Se sintió aliviada al verla por fin y casi dio un brinco de alegría cuando la nadadora le regaló una pequeña sonrisa antes de saludarlos a todos y sentarse en el lugar vacío junto a Normani.

-Gracias a Dios. Me muero de hambre.- Dijo Chase con exageración.

-Tu siempre tienes hambre.- Claus dijo lo obvio y él frunció el ceño ofendido.

-¿A quién quiero engañar? Es verdad.- Terminó por aceptar el comentario.

-Lamento el retraso.- La ojiverde se disculpó.

-No importa ya. Vamos a ordenar.- Dijo Chase haciéndole una seña a una camarera que pasaba junto a la mesa.

En cuanto la muchacha se detuvo junto a ellos todos comenzaron a hablar sin parar. Camila ni siquiera se dio cuenta de qué había pedido, pues no podía dejar de mirar a Lauren. Estaba tan emocionada por verla de nuevo, la había echado mucho de menos. Lauren por su parte podía sentir la mirada y la sonrisa que la castaña le dirigía, pero estaba esforzándose de sobremanera para no prestarle demasiada atención o terminaría acobardándose y volvería a casa. También la había extrañado, mucho más de lo que le gustaría admitir. Aún así a medida en que la cena transcurría y la velada con sus amigos llegaba a su fin, tenía por el momento en que se quedaría a solas con Camila. Sabía que la castaña no la dejaría escapar así como así ahora que la tenía enfrente, y en efecto, Camila llevaba esperando pacientemente el momento exacto en el que solían dejar el restaurante para caminar a casa.

Cuando el resto del grupo se adelantó emprendiendo la caminata de regreso a la residencia, la morena se acercó a Lauren con rapidez justo frente de la entrada al restaurante de sushi.

-Hey.- Saludó con una tímida sonrisa.

-Hola.

-¿Cómo estás? .- Preguntó.

-Bien, ¿Tú?

Lauren se sintió muy estúpida con ese ridículo e incómodo diálogo que estaban manteniendo.

-Escucha, yo...

-¿Crees que podamos hablar?

Ambas hablaron al unísono por lo que les fue difícil entender a cabalidad lo que la otra había dicho. La ojiverde rió por lo bajo negando antes de hacerle un gesto con la cabeza indicándole que la siguiera. Camila sonrió y comenzaron a caminar por las aceras iluminadas con las farolas de las calles escuchando los ruidos provenientes del tráfico y del resto del campus y la ciudad. Caminaron en silencio hasta detenerse en un área pequeña, llena de vegetación, una zona de juegos para niños, una fiesta con una escultura desgastada y un par de bancos de madera. Tomaron asiento en uno de ellos y fue Camila quien rompió el silencio.

-Has estado evitándome. Y muy bien esta vez.- Murmuró Camila con los ojos clavados en sus pies.

-Lo sé.- Lauren metió las manos en los bolsillos de su chaqueta- Lo siento.- Se disculpó- Pero, es difícil para mí.

-Lo entiendo.- La castaña asintió- Pero también es injusto para mí ¿No crees? .- Escuchó a su propia voz flaquear- Eres mi amiga. Siempre lo serás y te necesito.

Broken (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora