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Lauren lanzó su bolso con ropa en la maleta del auto y la cerró con fuerza después. Se giró para ver qué Dinah estaba dándole un fuerte abrazo a Camila antes de partir. Esperó pacientemente recargada contra la puerta del conductor a que la castaña terminase de despedirse de sus amigas. Solo estarían fuera durante el fin de semana, pero dadas las circunstancias y el motivo de aquel viaje, todo el mundo parecía triste, preocupado y tenso. Cuando Camila le pidió a Lauren que la acompañase, a la ojiverde le costó trabajo creérselo, pero no dudó un solo segundo en aceptar. Pensó que si Camila estaba pidiéndole algo de tal importancia, era porque en realidad lo quería así y lo necesitaba. Así que ahí estaban, apunto de montarse en el coche y conducir hasta la casa de la morena en donde su madre las esperaba. Debía ser honesta, la verdad estaba un poco nerviosa por esa parte del viaje. Lisa no era una persona fácil, pero de seguro podría manejarlo. Después de todo, sólo serían dos días.

-Gracias por hacer esto.- Murmuró Camila rompiendo el hielo después de una media hora de viaje.

La ojiverde le dio una rápida mirada y solo sonrió a modo de respuesta antes de volver su completa atención de regreso a la carretera. A pesar de las insistencias por parte de Lauren, Camila no consiguió pegar un ojo durante todo el viaje. La pelinegra apagó el motor luego de aparcar el coche fuera del garaje de los Cabello. Camila suspiró manteniéndose quieta con los ojos fijos al frente. Lauren decidió darle y notó cómo Lisa salía de la casa manteniéndose en la entrada esperando a que ambas bajasen del auto.

-¿Lista? .- Preguntó dejando de mirar a la mujer a la distancia para ver a la castaña.

-Sí.- Camila asintió antes de abrir la puerta y bajar del coche.

Lauren la siguió de inmediato y, mientras la castaña se acercaba a su madre para darle un abrazo, ella rodeó el coche para sacar el equipaje de la maleta. Los ojos de Lisa la siguieron durante todo el trayecto hasta la puerta principal y se sintió nerviosa por un momento, pero luego consiguió dejar de lado el nerviosismo y saludó de la forma más cordial posible.

-Bienvenida Lauren.- Fue lo que la mujer de serio semblante respondió a su saludo invitándole a pasar.

-Gracias.- Dijo entrando en la casa.

Había pasado tiempo desde que había puesto un pie en la casa de los Cabello por última vez, pero las cosas no habían cambiado mucho. Lisa les pidió a Camila que le mostrase a Lauren el cuarto de invitados y la castaña obedeció de inmediato guiando a la ojiverde a través del corredor en el que se encontraban las habitaciones. Los ojos de la pelinegra inevitablemente fueron a parar hasta la puerta de aquel que recordaba como el cuarto de la mayor de las hermanas. Camila hizo lo mismo, y cuando Lauren lo notó tragó con fuerza y apartó la mirada siguiendo su camino hasta la habitación de invitados. Una vez allí, la castaña la dejó a solas para que pudiese instalarse. No tuvo mucho que hacer, después de todo, solo se quedarían dos días antes de regresar al campus.

Cuando acabó de acomodar lo poco que había llevado con ella, salió del cuarto y se dirigió al de Camila. Se detuvo frente a la puerta de madera y tocó dos veces con los nudillos para saber si podía pasar. La suave voz de la castaña llegó amortiguada hasta sus oídos indicándole que podía entrar.

-Hola.- Saludó mientras cerraba la puerta tras ella.

-Hey.- Camila respondió con una sonrisa casi imperceptible en los labios.

Estaba sentada en el suelo con la espalda recargada contra su cama y las piernas cruzadas. Lauren se acercó y se dejó caer junto a ella manteniéndose en silencio. Camila recargó su cabeza contra el hombro de la ojiverde y cerró los ojos.

-¿Estás bien? .- Preguntó Lauren en un susurro después de largos minutos de silencio.

-Supongo que lo estaré.- Respondió.

Broken (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora