Ƹ̵̡Oneself~ Brahms HeelshireƷ

XI

.⌲| ⊱Morgan Birdwhistle⊰ |⌲

Mi tobillo aún no sanaba apropiadamente, pero al menos podía moverme con algo de dificultad.
Poco a poco dependiendo menos de la ayuda de Brahms, lo que significa que su castigo no está muy lejos.

Mientras caminaba apoyándome en los muebles para no caer, escuché el teléfono sonando, sonó por poco tiempo y después se apagó.

Mientras caminaba hacia la salida de la habitación un dolor inmenso se hizo presenté, había pisado un plato roto que estaba frente a mi puerta.

Me quejé y me tire al suelo viendo cómo salía bastante sangre de mi pie.

—¿Qué hiciste?— ví a Brahms en el marco de la puerta.

—¿¡Tú pusiste los vidrios ahí!?—

—Sí, no quería que te lastimaras más el tobillo y tú insistes en salir de la habitación, creí que te darías cuenta de los vidrios— Me hizo enojar bastante, pero ahora mismo no puedo decirle todo lo que pienso hacerle, inesperamente se colocó encima de mi, poniendo sus piernas a mis costados para no aplastarme—Te lo curare en un momento— me acarició la mejilla ensuciandola un poco con mi sangre.
Escuché su manga romperse dejando a la vista sus cierres brazos, con cuidado enrolló mi pie con la manga deteniendo el sangrado—Se me acabaron los vendas, cariño— admitió una vez había terminado—Asegúrate de no salir de aquí sin mi permiso— me dió un suave beso en la frente y acarició mi cabello—Saldremos al patio por aire fresco, estás demasiado palida— mencionó tomándome en sus brazos con una increíble facilidad.

Al pasar por la última puerta sentí el sol ardiente poniéndose en mi piel, no podía hacer mucho con el pie así y pensé que no tenía caso que me sacará.

Me sentó al lado suyo en una de las bancas que había ahí.

—¿Sabes cuánto llevamos juntos?— preguntó mirándome con sus profundos ojos.

—Tres meses y una semana— Admiti, parecía satisfecho de que lo recordará perfectamente.

—Exacto, siempre recordando cosas importantes— pasó uno de mis cabellos detrás de mi oreja—Quería darte algo— extendió un ramo de flores que parecían haber sido arrancadas recientemente.

—Muchas gracias Brahms ¿Dónde las conseguiste?— pregunté por curiosidad.

—De mi tumba, aún está vacía parece— Se rió de su propio chiste, más que un regalo se sentía como si me estuviese diciendo "Tú podrías tomar mi lugar ahí"

—Ah, que tierno de tu parte—reí falsamente esperando que no se diera cuenta.

—Me alegra que te gustarán— note como peligrosamente comenzaba a acercarse a mi sin retroceso, aproximándose a mis labios para unirlos en un beso suave que poco a poco fue intensificando hasta que se abalanzó hacia mi por completo y comenzó a besar mi cuello bajando poco a poco sus besos.
Sentí una de sus manos adentrarse en mi camisa, estaban frías y el simple contacto con mi cuerpo caliente hacía que me retorciera.
Sabía a dónde quería llegar y no era un buen momento para eso, sin embargo sus caricias se sentían tan bien que solo pude preguntar una cosa antes de que ocurriera.

—¿Aquí en la intemperie?— pregunté con una respiración algo acelerada.

—Lo haría dónde sea ahora mismo— Lo ví quitarse su sudadera rota y arrojarlo a un lado dejándome ver su cuerpo fornido.

Esto solo podía terminar en una cosa y ni siquiera trataría de detenerlo ahora mismo, porque a pesar de todo yo también lo quería.

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Después de lo de esta tarde Brahms decidió quitar cualquier cosa peligrosa que haya puesto para evitar que saliera de la habitación y se había disculpado por lo de la mañana y su comportamiento de los últimos días.

Dijo que como estaba siendo buena tenía que ser recompensada, sin embargo no se a que se refería.

Lo ví pasar por la puerta con una taza de té.

—Es para que tus músculos se relajen, tal vez baje más rápido la hinchazón del tobillo— mencionó acariciando mi cabeza mientras sonreía.

—Gracias— mencioné dulce, realmente mi enojo con él había disminuido bastante y ahora mismo solo quería disfrutar de esta taza de té junto a él.

—Espero todos los días sean como hoy— dijo rodeando mi cintura con sus brazos sentandome en su regazo, las caricias en mi cabello y el sabor relajante del té estaba comenzando a hacerme efecto ya que me estaba quedando dormida—¿Por qué no duermes un poco? Te ves algo cansada, no te preocupes yo dejaré tu té aquí— colocó la taza en la mesa pequeña.

Comencé a cerrar mis ojos ante la suavidad de su toque y mi mente se despejó totalmente, ocasionando que me quedará dormida en un sueño muy plácido.

Tuve un sueño en el que me reunía con una persona en el altar, no tenía rostro ya que este era totalmente borroso al igual que el rostro de las demás personas observando la boda.

Conformé me imaginaba quienes estaban ahí, sus rostros se revelaban y dejaban ver a la persona que era, pero había uno faltante y ese era el hombre que estaba frente a mi ahora mismo.

No pude evitar mencionar su nombre.

—Brahms— su rostro se reveló confirmando que era él.
Esto debe deberse a lo que hablo conmigo sobre casarnos, ahora mismo creo que es algo que me encantaría hacer.
¡Quiero casarme con Brahms!