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⌲| ⊱Morgan Birdwhistle⊰ |⌲
Me preparaba el desayuno, un omelette con champiñones y queso. De los mejores desayunos que pueden existir.
Pensaba en una forma de dejarle comida al hombre detrás de las paredes sin que supiera que yo sabía que estaba aquí. ¡Es verdad! El muñeco, seguramente él tomo la comida el otra vez y por eso ya no estaba.
Si se la dejo con él y me voy a escribir seguramente tomará la comida.
Aquel hombre me había parecido demasiado atractivo de una manera casi atrapante.
Rasqué un poco mi brazo, es como un tic que tengo desde hace bastante tiempo por lo que esa zona de mi brazo siempre está bastante roja.
—Así que... ¿Tienes hambre?— fingi preguntarle al muñeco—Desayuna conmigo— dije poniendo un plato frente a él y uno frente a mi.
Me encantaba el omelette, es lo mejor que puedo desayunar en momentos como esté.
Tomaba también agua, suelo acompañar la mayoría de mis comidas con agua simple. Pienso que no hay nada mejor. Una vez terminé lavé mi plato y lo deje para que se secara correctamente.
Antes de irme le dediqué una mirada de reojo al muñeco y me dirigí a escribir.
La bella y enorme casa que habitaba enormes secretos dentro de sus paredes ¿Alguien te estará observando?
Sus pasillos profundos y oscuros, sus puertas que crujen y las paredes que hablan. Los espejos que todo lo ven, sus ventanas que dirigen tu vista hacia el profundo bosque.
Con su música clásica, casi atrapante. Con una melodía poco común y un ambiente pesado. Una casa magnífica, como lo es su historia.
Mientras escribía escuche un ruido que a pesar de no ser tan fuerte llamo mi atención. Debe ser él, recorriendo los pasillos que hay detrás de las paredes para observar me ¿Lo estará haciendo? ¿Estará viéndome escribir? Espero que lo haga.
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Miraba por la ventana mientras tomaba un té para dormir, los árboles son sumamente bellos me recuerda al bosque donde mis padres solían llevarme a acampar.
—Que recuerdos— dí un suspiro después de la frase.
La noche ya estaba cayendo aunque no tenía ni una pizca de sueño.
Entonces fue cuando pensé en maquillarme, me gusta hacerlo cuando estoy aburrida o procrastino.
Me veía reflejada en el espejo y comencé aplicando la base para pasar a el delineado que creo que es lo que más suele costarme, pase a aplicarme sombras y proseguí a ponerme labial. Entonces fue cuando las luces se apagaron en su totalidad, había sido un apagón, Que mal momento para un apagón.
Será mejor que encienda algunas velas, ya que no se a que hora regrese la luz.
⸙| ⊱Brahms Heelshire⊰ |⸙
La luz se había ido y por obvias razones no veía absolutamente nada, bueno, casi nada.
—¿Estás seguro de que nadie vive aquí?—fueron las palabras que escuche, provenían de la entrada y no era ninguna voz conocida.
—Seguro, he venido cientos de veces además de que hay muchas cosas antiguas que seguro valen bastante, no te preocupes— ¿Ladrones? No me molestaría tanto si no fuera porque le pueden hacer daño a Morgan.
Si se separan... Los eliminaré uno a uno, lo difícil será esconderlos para que Morgan no se enteré.
Escuche como abrían la puerta de la entrada.
—De acuerdo, Jane tú ve al segundo piso y yo iré por el primero— iré primero por el de abajo entonces.
⌲| ⊱Morgan Birdwhistle⊰ |⌲
Escuché el crugir de la puerta principal así que decidí dar un vistazo.
Había una chica y un chico que desconocía totalmente ¿Qué es lo que quieren?
—Tú ve al segundo piso y yo ire por el primero— le dijo a la chica.
¿Planean robar? Deben estar locos si creen que los dejaré llevarse algo de aquí.
Podría hacer algo... Más bien hacerles algo, pero necesito una cuerda para hacer lo que tengo planeado.
Cuerda, cuerda, ¿Dónde podría encontrar una cuerda? ¡El columpio! Recordé que quería poner un columpio, pero no lo he puesto por falta de tiempo así que la soga sigue ahí.
La amarré en una pata de la cama, haciendo un nudo lo suficientemente ajustado para en el otro extremo hacer el nudo del ahorcado.
Veía a la chica que subía por las escaleras y por sorpresa un ruido en la planta baja hizo que quedará en el punto dónde la quería, justamente viendo hacia el balcón de en medio.
Silenciosamente me acerqué a ella y de sorpresa coloque la soga en su cuello, la ajuste a su cuello y empuje su cuerpo por el balcón.
Su cuerpo colgaba junto a su mirada perdida, significado de su muerte. Una muerte que no dejara ni una marca.
Pero debí ser más cuidadosa, no esperaba que su acompañante viniera detrás de mi y que me tomará cubriendo mi nariz y boca, bloqueando cualquier entrada o salida de oxígeno que me quedará. Intentaba quitarlo, pero era más fuerte que yo.
Fue entonces cuando mi salvación llegó, el chico me soltó porque alguien ya le había roto el cuello, el crugir de este fue lo último que se escucho.
Y ahí estaba él, Brahms Heelshire con su masiva altura y su máscara.
Nos miramos fijamente, una mirada que reflejaba más de mil palabras y sentimientos.
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