𝓟𝓮𝓪𝓴𝔂 𝓑𝓵𝓲𝓷𝓭𝓮𝓻𝓼 /𝑴𝒊𝒄𝒉𝒂𝒆𝒍 𝑮𝒓𝒂𝒚 [PAUSADA]

Capituló 6

𝓐𝓾𝓻𝓸𝓻𝓪 𝓢𝓸𝓵𝓸𝓶𝓸𝓷𝓼

Pasaron tres meses desde que Tommy fue golpeado, lo visitaba algunas veces hasta que regresó a su casa. Se la pasaba con Charle disfrutando cada segundo con el. La ama de casa cuidaba demasiado a Tommy al igual que yo.

Casi lo pierdo, no quiero que eso pase, el odia las medicinas que le recetaron y algunas veces no se las tomaba o las tiraba. Unas que otras veces lo miré haciendo, claramente lo regañé y lo obligué a tomarla. Sorprendentemente me hizo caso y se las tomaba. Hasta que lo dejo de hacer.

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Estaba leyendo en el aire libre, estaba acostada arriba de una manta, a un lado de mi fruta que me había traído la ama de casa, con bebidas y comida. Mientras leía comía lo que me había traído disfrutando el momento.

— Hola, princesa Francesa —y se arruinó al escuchar la voz de Michael.

— ¿Tu también? —dije irritada por ese apodo.

— ¿No te gusta el apodo? —dijo acostándose a un lado mío.

Dejo el libro a un lado y me volteo dándole la cara mientras sonreía.

— Un poco, depende del día que me lo digas —dije divertida.

— Entonces, si te lo digo un lunes, ¿no te gusta o te gusta? —dijo bromeando con una sonrisa.

— No me gusta, solo dilo en los viernes, tal vez ese día si me guste ese apodo —dije levantándome al igual que el—. Tommy tiene una visita, dijo que cuando tocarán una campana tenían que ir al salón grande, teníamos —me corrijo a mi misma.

— Entiendo, iré con los demás, si quieres ven conmigo.

— Te veré en el salón grande —dije despidiéndome con una sonrisa para levantar las cosas.

Michael se fue dejándome sola, seguí recogiendo las cosas, no entendía porque me quería en el salón grande con los demás, no soy parte de la mafia de los Shelby y no debería estar en sus reuniones de trabajo.

Pero si algo se es que es bueno obedecer a Tommy para no tener problemas.

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La campana que Tommy había hablado sonó así que entre a la casa y fui casi corriendo al salón grande encontrándome con los demás, me sonriendo y cuando pase a su lado para ponerme a un lado de Michael me revolvían el cabello.

Antes de entrar al salón grande me acomode el cabello y entre junto a Michael. Al ver la persona que estaba al lado de Tommy me emocione como nunca. Llevaba tiempo sin verlo, me acerqué a él y lo abrace aferrándome a él, estaba realmente feliz de verlo.

— ¡Arthur! —me separó de mi padre y miro a Arthur que estaba por irse— ¿Arthur?

— Arthur, ven —le ordena Tommy.

— ¡Shalom! ¡Arthur, Shalom —mi padre se acerca a Arthur.

Mi padre y Arthur tuvieron algunos conflictos en el pasado dejando traumado a Arthur, desde ese día nunca más se han visto hasta ahora.

— Alfie —dice Arthur sin verlo.

— Ven acá. —mi padre abraza a Arthur—. Escucha, creo que te debo algo, ¿no crees? Así es. Ven acá, siéntate, siéntate —los de sentaron juntos—. Eso es. Bien. Escucha Arthur. Quiero que sepas, ¿si? Que lo qué pasó entre nosotros en el pasado fue por negocios. Solamente eso, ¿si? Y también quiero que sepas que he pedido disculpas, a través de mi dios, por abusar de ese día sagrado para ser que te golpearan y arrestaran, eso hice. Además quiero extenderte mis más sinceras disculpas, personalmente, ¿si? —Mi padre mira a Tommy por un segundo para luego verme a mi, se para Arthur será difícil disculparlo por dejarle ese trauma, pero espero que lo haga—. Escuche que dejaste entrar a Jesús a tu vida, ¿eh?

— Te enterraste —solo dice eso sin verlo.

— Si. Es hermoso, maravilloso. Es adorable, ¿no crees? —vuelve a mirar a Tommy–. Es adorable, pero me pregunto como te funciona en el día día considerando tu ocupación, amigo.

— Aceptó tus disculpas —dice mirándolo por primera vez a mi padre, al escuchar lo que digo se me formó una sonrisa.

— Dicen que te has vuelto insoportable con eso —miro como Arthur empieza agarrar un cenicero—. Hola... mira, lo que digo es todo hombre busca una certeza. Ansia una certeza, aunque esa certeza tuya, si... sea, bueno... es extravagante, amigo, ¿no crees? ¿Eh?

Arthur suelta el cenicero y habla con dificultar por el enojo que tenía — To solo creo en el viejo testamento.

— Puta madre, que situación. Eso me asusta más —apunta a Arthur y mira a Tommy—. Si, felicidades, Tommy, tienes el producto terminado, ¿no es así? Este hombre trabajará para ti con dios de su lado. Si. No lo dejes ir.

— Si vamos a hacer negocios con este maldito, exijo saber por qué —dice Arthur mirando a Tommy.

— Aurora, sal por favor —dice mi padre haciendo que lo miré.

— Pero... —me interrumpe.

— Es una orden —lo miro y solo agacho la cabeza.

— Con su permiso —salí del salón grande y espere en el sofá.