-La vida es una sucesión de lecciones que uno debe vivir para entender-
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Hyunjin tuvo que vivir una vida llena de reglas y suposiciones de los demás para cumplir las expectativas de su familia, pero gracias al destino...logró encontrar un acompaña...
Llegue a casa, con pesadez me cambie la ropa mojada por una seca. Más cómoda. Baje al salón después de tomar las pastillas que me recomendó el doctor para evitar ponerme en un estado de reposo nuevamente. En verdad que no me quería resfriar.
Esa molestosa incógnita rondaba por mi mente todo el tiempo... ¿Qué clase de trabajo tiene Minho?
Me senté en el sofá rascándome la cabeza por el estrés.
No creo que sea algo más de lo que vi, ¿verdad? El entró a un restaurante, quizás es...mesero.
Inhale aire solo para mantener la calma por la desesperación de tener respuestas a mis preguntas. ¿A quién engaño? Minho no parece de los que trabajen como meseros, en especial, no cuando me di cuenta de la vida que rodea al castaño. Estaba agotado, decidí dejar de pensar en eso así que me levanté para subir de nuevo a mi cuarto. Se supone que iba a comer algo pero de solo pensar en lo que estaría metido el de ojos gatunos mi apetito desapareció.
Al entrar al cuarto, me tumbe en la cama tapándome de pies a cabeza, hacia frio por la lluvia. Después de unos minutos me quedé abrazado en los brazos de Morfeo, el dios del sueño.
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Me encontraba en la cocina preparando bocadillos, no tendría tiempo de comprar comida ya que tengo que ayudar a Jungkook a igualarse en las clases. Además de que...tendré que hablar con Minho sobre nuestro trato, que no se podrá cumplir hoy ya que estaré ocupado con Jeon. Me da miedo la reacción de Lee, sé que no le va a gustar para nada. Por eso me estoy preparando mentalmente para que pueda por lo menos convencerlo, sé que estoy siendo demasiado sumiso pero...no lo puedo evitar. Mi padre me advirtió muchas veces sobre las manipulaciones. Y ahora, esas advertencias no me entran en la cabeza. Se van tan rápido en cuanto veo a Minho. Me quiero pegar ahora no mentalmente sino físicamente por necio.
Después de otros cinco minutos termine todo lo que estaba haciendo, guarde las cosas en mi mochila y camine con rapidez hacia la salida de mi hogar. Al salir, aplaste el botón de la llave para abrir las puertas del carro y subirme. Faltaba poco tiempo para entrar a la Universidad y no quería tener una sanción por llegar tarde. Mis perfectas notas están de maravilla pero las faltas ya no están tan bien como al principio. Espero que mis padres no se enteren cuando regresen...si es que lo hacen.
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