Capítulo 3

310 10 0
                                    

- Matías: Un gusto Miguel, eres muy afortunado, Mimi es una mujer preciosa, por dentro y por fuera (sonriendo y mirándola).

- Miguel: Sí, lo sé (sonriendo, pero ardiendo de furia por dentro, abrazando a Mía, dándole un beso en la boca)

Mía solo sonrió y correspondió el beso, pero estaba muy incómoda, Miguel estaba celoso, y bueno, tenía que aceptar que tenía razones para estarlo.

- Matías: Bueno, yo me voy a instalar a mi habitación. Un gusto conocerte Miguel, nos vemos pronto Mimi (dándole un beso en la frente).

A penas Matías salió del salón, Miguel dejó de abrazar a Mía, los habían dejado solo...porque todos sabían que tenía que hablar.

- Miguel: Te escucho (seco).

- Mía: (suspiró y cerró los ojos) Yo te voy a explicar todo Miguel, solo escúchame mi amor.

Miguel solo la miró, Mía estaba nerviosa, Miguel sabía que no le iba a gustar lo que Mía le iba a decir.

- Mía: Va. Matías y yo fuimos amigos desde siempre. Mi papá se llevaba muy bien con el papá de Matías, eran viejos amigos de la Universidad. ¿Si recuerdas que mi papá hizo un intercambio a Londres? Ahí lo conoció y se hicieron prácticamente hermanos. Mi papá le presentó a su esposa, a la mamá de Matías, Lucía, ella era modelo de la Marca Colucci y fue como un amor a primera vista. El papá de Matías se mudó a México, se casaron y nació Matías, solo un par de meses antes que yo naciera, eran muy amigos los 4. Cuando solo quedamos mi papá y yo, Lucía, nos cuidaba a los dos, el papá de Matías llevaba una vida agitada por los negocios, al igual que mi papá; así que Lucía nos cuidaba a ambos, éramos como hermanitos; y así fue en el Elite también. Al poco tiempo se nos unió Diego, y parábamos los 3 juntos. Claro, después crecimos y el se juntaba más con los niños y yo con las niñas, con Celi y Vico. Siempre hemos sido como hermanos.

Miguel escuchó atentamente a Mía, cada oración, cada palabra. No lograba descifrar como se sentía Mía respecto a Matías. Okay, eran amigos desde pequeños, pero, ¿nada más?, ¿por qué él le coqueteaba tanto?, ¿por qué no me decía toda la verdad?. Lo que tenía claro Miguel, era que, seguramente los padres de Matías e inclusive Franco serían felices de una relación de estos dos. Él no podía negar lo evidente, Matías era agraciado, alto y parecía como salido de una revistita de ropa deportiva. Le enfurecía, Mía nunca aceptaría que le parece atractivo. Trató de sacar esos pensamiento de su cabeza, Mía lo amaba, él estaba seguro de eso, pero ¿y si Matías lograba ganarse su corazón?

- Mía: ¿Miguel no vas a decir nada? (preocupada)

- Miguel: ¿Por qué te dice Mimi?

- Mía: (suspira) No es por nada importante, mi amor, en serio.

- Miguel: Quiero saber.

- Mía: Cuando era bebé, no podía decir mi nombre completo, siempre me quedaba en "Mi"; y así lo repetía "Mi,mi". Por eso me dice "Mimi".

- Miguel: Qué bonito (suspiró, se llevó las manos a la cabeza y luego bajo la cabeza como derrotado).

- Mía: Gatito, no te pongas así. Matías nunca fue más que un amigo. Yo te amo, solo a ti. 

Mía se acercó a abrazarlo, lo besó en la mejilla y luego le dio un beso en la boca, lleno de amor y ternura.

- Miguel: No te quiero perder Mía, y ese wey quiere algo contigo. Yo no sé si podría competir con ese Matías.

- Mía: ¡Me chocas! Yo te quiero a ti Miguel, te amo a ti. Después de todo lo que hemos pasado, yo no te puedo perder, y no quiero a nadie más.

- Miguel: Eso dices ahora.

- Mía: ¿Ya no te quieres casar conmigo?

- Miguel: Cómo dices eso Mía, claro que sí. Yo quiero que seas Mía para siempre.

- Mía: Yo quiero ser tuya para siempre, Miguel. Hoy, hoy soñé algo...

Miguel levantó las cejas, mostrando mucho interés.

- Miguel: ¿Qué soñaste?

- Mía: Me da un mucha vergüenza, pero te contaré, solo no me mires.

- Miguel: Va (Miguel cerró los ojos)

Mía comenzó a caminar por el salón y empezó.

- Mía: Ayyyy nooo, bueno ya. Soñé que me desperté y estabas a mi lado, pero no me desperté porque si, sino porque había un bebé llorando, y ese bebé era nuestro bebé. Me levanté y fui a su recamara, que estaba al lado de la nuestra, lo vi, era pequeñito y precioso, lo cargué y conseguí que dejara de llorar. Casi me quedo dormida y llegaste tu, por atrás, cargando a Dani, así se llamaba nuestro bebé. Lo dejaste en su cunita y me cargaste a la habitación y seguimos durmiendo. Ahí me despertó Roberta.

Cuando Miguel escuchó la parte del bebé llorando, ya sabía por donde iba el sueño de Mía, no pudo evitar sonreír. ¿Cómo podía pensar que Mía lo dejaría?, Mía lo ama, se aman, quieren un futuro juntos y claro que quieren a ese bebé, pero en unos años todavía.

Miguel abrió los ojos y vio a Mía tapándose la cara con las manos. Miguel se agachó ligeramente para poder cargar a Mía, y ella automáticamente se prendió del cuello de Miguel y se dieron un apasionado beso.

- Miguel: Te amo princesita.

- Mía: (con voz de bebé) Yo también mi príncipe rojo. 






6to año Elite Way School (Mía y Miguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora