Capítulo 14

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Miguel supo que si Matías le decía a Mía que él había sido el culpable de que esté en muletas, probablemente le terminaría en ese momento...¿Cómo podría justificar que fue un contacto propio del partido de fútbol, si todos estaban perfectos menos Matías? Él estaba con AMBAS piernas vendadas y encima con muletas...ya valió, pensó Miguel, y en ese momento cerró los ojos y agachó la cabeza. El único que se dio cuenta de la reacción de Miguel fue Diego, pues rápidamente la mirada de Matías que se fijó por unos segundos en Miguel, había regresado a Mía.

- Matías: Mimi, en serio no pasa nada, mañana voy a estar como nuevo. Tu sabes que yo soy indestructible (sacándole una sonrisa a Mía).

- Mía: Esta bien (poniendo los ojos en blanco), espérate tantito (sacando su cuaderno rápidamente de su mochila), toma, te presto mis apuntes, sé cuanto odias faltar a clases.

- Matías: Gracias princesa (dándole un rápido beso en la mejilla).

Lo cierto es que Matías no buscó molestar a Miguel con ese beso a Mía, ser cariñoso con ella le salía de manera natural, él siempre había sido así con ella, pero ahora ella tenía novio. A Mía le tomó por sorpresa ese beso, pero fue veloz, sin oportunidad de decirle algo a Matías. Miguel que estaba unos pasos más atrás, estaba a punto de intervenir, pero pronto Matías ya estaba subiendo las escaleras con ayuda de Diego. 

¿Por qué Matías no le dijo nada a Mía? pensó Miguel, y se planteó dos posibles respuestas que encontraba a su interrogante. La primera era que Matías utilizaría lo sucedido como un chantaje, y la segunda, era que Matías buscaría una revancha. 

Los días de la semana transcurrieron sin mayor acontecimiento, llegando el sábado, día en el cual se llevaría a cabo el almuerzo de bienvenida por parte de los Colucci Rey a Matías. 

A las 10 de la mañana llegó Peter y pasó a recoger a Mía, Miguel y Matías; sin embargo, éste último dijo que tenía algunas cosas por hacer y que llegaría a la 1:00 pm, hora pactada del almuerzo. La verdad era que a Matías le lastimaba ver a Mía y a Miguel juntos, por eso, solo estaba cerca a Mía en clases, pues era su compañero de escritorio, pero en los almuerzos y tiempos libres, los pasaba solo y rechazando a cada una de las chicas del Elite que se le acercaba.

[Casa Colucci Rey]

- Franco: Creo que todo está listo para el almuerzo, Matías se alegrará mucho de ver a sus padres. 

- Alma: Sí amor, estoy emocionada por conocer a Lucía, porque por lo que me has contado William es igualito a ti. Necesito consejos de como soportarte por mucho años más.

- Franco: Qué graciosita. Sé que se llevarán muy bien, y sé que Mía se pondrá muy feliz de verla, durante muchos años Lucía fue una figura materna para ella (suspirando).

Poco después llegó Peter con Mía y Miguel, reuniéndose con Alma y Franco. Diego, Roberta, Luján y Teo habían salido temprano a desayunar a un lugar que Diego había recomendado, todos habían acordado estar a la 01:00 pm en la casa Colucci.

Cerca del medio día, llegaron William y Lucía, Franco estaba muy emocionado, pues habían pasado años desde que veía a su casi hermano, rápidamente comenzaron a ponerse al día, hablando de negocios y de trivialidades, brindaron con un Whiskey escocés Chivas de 18 años en las rocas que Franco abrió por aquella especial ocasión. Por su parte, Alma y Lucía llevaban una cordial conversación centrada básicamente en Mía, de su etapa de bebé e infancia. Mía y Miguel estaban en el segundo piso, viendo una película, sin si quiera darse cuenta que los padres de Matías estaban en México y mucho menos en casa.

A las 12:50 pm llegaron Diego, Roberta, Jose y Teo, encontrándose con los cuatro adultos que estaban muy a gusto conversando.

- Alma: ¡Niñoos! ¡Bajen que ya llegaron nuestros invitados!

- Mía y Miguel: ¿Invitados? (se dijeron el uno al otro, dirigiéndose rápidamente al comedor)

Y pasó, Mía pudo ver la silueta de Lucía, aun de espaldas, reconociéndola inmediatamente y sintiendo su corazón latir muy muy fuerte. Despedirse de Lucía había igual o más difícil que despedirse de Matías hace 3 años. Mía la quería muchísimo y ese sentimiento era mutuo, Lucía siempre quiso tener más bebés, pero el embarazo de Matías fue complicado, y por recomendación médica, no tuvo más hijos, pero ella siempre había soñado con una niña, y había cuidado y criado a Mía como suya.

- Mía: ¡Luuuuuu! 

Lucía volteó inmediatamente, dejando su copa de Apple Martini sobre la mesa y recibió a Mía que corrió hacia sus brazos.

- Lucía: ¡Mi amor!, ¡Mía!, ¡Nena, te extrañé tanto! (Abrazándola fuerte)

- Mía: ¡Yo más! 

Fue un abrazo largo, que terminó en lágrimas por ambas partes. Finalmente, se separaron y a Lucía le llamó la atención el muchacho que estaba un par de pasos atrás, observando toda la escena.

- Mía: Lu, te presento a Miguel, mi novio.

Se pudo notar la sorpresa de Lucía y de William, Matías no les había comentado que Mía tenía novio, al contrario, solo les había mencionado que estaba muy emocionado de compartir con ella nuevamente.

- Lucía: Mucho gusto Miguel, tu novia es la niña más linda del mundo.

- Miguel: Igualmente Lucía, sé que soy muy afortunado.

Antes de que pudieran seguir con la conversación, sonó el timbre, era Matías. Rápidamente Lucía explicó a todos, que era una pequeña sorpresa para su hijo, pues él no sabía que habían llegado de Londres, el plan era que justo antes de servir el primer plato del almuerzo, William y Lucía saldrían al comedor, sorprendiendo a Matías.

- Peter: ¡Niño Matías! No sabe el gusto que me da recibirlo nuevamente, hemos preparado su comida favorita.

- Matías: ¡Peter!, ¡Te eché mucho de menos! Sabes que no me puedo resistir a la comida de esta casa, ¡tu quieres que sea un niño rellenito otra vez!

Los adultos estaban hablando cómodamente sin percatarse que la conversación de Matías y Peter se escuchó hasta el comedor.

- Diego: Mi rey, no te pongas celoso, Matías siempre fue el favorito de Peter.

- Roberta: Ya cambia la cara Mike.

- Miguel: No estoy celoso, párenle.

Mía trató de restarle importancia a lo sucedido, pero se notaba la incomodidad de Miguel. Poco después se escucharon las risas que se acercaban poco a poco al comedor.

- Matías: ¡Hola a todos!

- Franco: ¡Hijo! ¡Qué gusto verte! (Abrazando a Matías)

- Matías: Igualmente Franco, los eché mucho de menos.

- Franco: Bueno, yo quería hacer un brindis por este muchacho que quiero como a un hijo, puede decir que alguna vez le he cambiado los pañales, practicando para la llegada de Mía, y he estado presente a lo largo de su vida. Te quiero mucho hijo y estoy muy feliz que hoy estés en casa...y...además, tengo una sorpresa para ti.

- Matías: Franco, de verdad, no hace falta, estoy más que honrado con este almuerzo que has preparado con toda tu familia.

- Franco: Tu sabes que no es nada, sin más, tu sorpresa está allá (señalando al jardín de la casa).

Matías pudo ver a través de la mampara que sus padres se acercaban con una gran sonrisa en el rostro, Matías se llevó ambas manos a la cabeza, no lo podía crear, habían pasado solo un par de semanas desde que había llegado a México, pero los había extrañado.

- William y Lucía: ¡¡Sorpresa!!


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6to año Elite Way School (Mía y Miguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora