Un Partido Y Una Epifanía

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"¿Cómo manejas la derrota? Tu fiel esclavo disfruta la victoria y más con sabor a chocolate y frambuesa"

Un año había pasado rápido. Después de las primeras notas esporádicas empezó a escribir más seguido. Aunque muchas veces se quejaba de la escuela, de los profesores, de los alumnos; había depositado mucha confianza en la persona anónima. Con sus amigos de casa se quejaba demasiado de Potter, con su amigo por correspondencia tambien, pero no a extremos. Era más posible que se quejara de las clases, de los profesores, de su familia.

Había llegado a compartir sus dudas y temores. Draco en todo este año, y desde que comenzó la extraña relación estaba consciente que su amigo anónimo sabía quién era él. Quizá fue por esa razón que decidió darle su fe ciega. Quien escribía las notas lo había visto, sabía quién era él y aún así había decido responder, le había puesto una manta mientras dormía, le había dado un regalo de navidad, le dio un regalo por San Valentín, le dio un regalo por su cumpleaños, le dio una postal donde le deseaba un buen inicio de clases. Le había escogido a él, aún con la reputación que tenía, había decidido ser su amigo.

Cuando leyó la nota se río, era la primera vez que jugaría oficialmente con el equipo de su casa. Estaba feliz, demasiado entusiasmado. Escribió una nota y se fue a su habitación. Quería estar en condiciones para jugar mañana. Quería callarles las bocas a los estúpidos Gryffindor, al menos él seguía las reglas, respetaba el juego y ellos se habían atrevido a insultarlo sin conocer. Draco podría ser mucho, ser malo, narcisista, tramposo, pero le gustaba ganarse las cosas y más si eran referente al quidditch. Quería demostrarles que se había ganado su lugar. Sí era cierto que su padre había regalado las escobas nuevas, pero era un regalo, un agradecimiento, Draco había dado las pruebas para entrar al equipo. No como Potter. Draco conocía las reglas del juego y si bien a veces no jugaba tan limpio lo hacía dentro de los límites de la legalidad. Quizá, sólo quizá eso sería lo único que podían reprocharle.

El partido llegó. Al subir a la escoba se olvidó del enojo y se puso a disfrutar del juego. Estaba maravillado. Respetaba a un buen rival, incluso si este era Potter. Estaba encantado con ver a los Weasleycopias jugar. Los amaba. Amaba verlos jugar. Una bludger se dirigía hacia él. Fred. Cuando trató de esquivarlo para no caer, fue como un rayo. La iluminación le llegó.

Era Fred. Lo vio sonreír. Esa sonrisa estaba detrás de las letras anónimas. Esa mirada estaba detrás de las casitas. Es Fred. Ese segundo de claridad le hizo perder la snitch. Estaba furioso. Furioso consigo. Furioso con Potter por ganar. Furioso con Fred por tirarle a caer. Furioso. No le importo tanto perder. Quería golpear a Fred.

Amores de una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora