Capítulo 16

1K 96 72
                                    

-Gerardo, estoy pensando que lo mejor será ir pidiendo una me...-

María regresó a la barra, caminando entre la gente. La zona del bar estaba muy atestada, así que no llegó a divisar a Esteban parado como una estatua de piedra delante de Gerardo hasta que estuvo exactamente enfrente de él. Pestañeó un par de veces incrédula de verlo allí y aunque primero sonrió y dio un paso para saludarle, se detuvo y frunció el ceño confundida al ver a Ana Rosa a su lado, observándola con evidente intriga.

-Señor San Román. -Saludó finalmente sin poder encajar del todo la situación.

-Señorita Fernández. -La voz del director sonó dura e impersonal.

-Que extraño verle aquí. Pensé que solamente iba al Bar de la Reina.

-Y yo pensé que almorzaba usted con su amiga.

-Así es. -Explicó cautelosa. -Gerardo me estaba haciendo compañía mientras llega Nathalie.

El susodicho se acercó y le sonrió a María con complicidad.

-He venido por trabajo, como siempre. -Explicó sin necesidad.

-Sí, como siempre... a todas horas, cualquier día, solamente por trabajo. -Completó Esteban en un hilo de voz.

-Es que solo confío en María para las traducciones imposibles. -Expresó con orgullo. -Ya sabes Esteban que no pierdo oportunidad de recuperarla.

-La Señorita Fernández Acuña ya tiene un trabajo. -El director inspiró fuertemente y se removió en el lugar mientras María le ofrecía una mirada de súplica, rogando que calmara sus monstruos.

-No por mucho tiempo.... Pero bueno, que descortés, no había visto que hoy estás muy bien acompañado.. Señorita Martínez, ¿verdad?

-Vaya. -Ana Rosa se acercó para estrechar la mano de Gerardo que se la ofrecía amablemente. -¿Nos conocemos? Recuerdo su rostro pero no estoy segura.

-De la Universidad. -Gerardo y Esteban contestaron al mismo tiempo.

-Esteban, tu madre ha conseguido una mesa. -Ana Rosa tironeó levemente de su brazo indicándole la dirección desde la cual su madre les hacía señas. -Deberíamos ir. Evidentemente estamos molestando a la pareja -dijo ofreciendo una mueca mezcla de ternura y comprensión.

-Ana Rosa.. Gerardo y yo no...

-Ahórrese las explicaciones -Esteban la interrumpió.

-Pues ahórrese las preguntas y los recelos. -Le respondió subiendo el tono.

Esteban se volteó y le hizo un gesto a Ana Rosa para pedirle que continuara camino hasta la mesa. -Adelántese Señorita Martinez, voy en un momento.

Ana Rosa resopló frustrada pero se adelantó obediente, dejando a Esteban con Gerardo y María.

Cuando estuvieron a solas se mantuvieron los tres en silencio. Gerardo regresó al taburete y comenzó a beber de su copa de vino con impaciencia sin importarle mucho nada.

-Bueno Señor San Román, si no tiene nada más que decir. 

María estaba también molesta por la situación. Comprendía que Esteban debía de pensar que le había mentido con respecto al almuerzo y que no era cierto que iba a encontrarse con Nathalie, bendita la hora en que su amiga llegaba tarde, pero ella también estaba sorprendida por la presencia de Ana Rosa y sin embargo, aunque se sentía incómoda de saber que Esteban pasaría momentos más familiares con ella, comprendía que algo había sucedido fuera de su control y que habría una explicación posible. Se dio la vuelta enredada en sus pensamientos, pero Esteban la tomó del brazo y se lo impidió.

La ProfesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora