El dado de tres lados.

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 "No puedo hacerlo," Mu Qing denegó.

Ante el Dios Marcial se encontraban sus dos viejos conocidos, quienes lucían insatisfechos por su respuesta.

"¿Eres tan inútil que niegas poder hacer algo sin ni siquiera intentarlo? Sabía que era absurdo venir aquí, Dianxia." Feng Xin atacó rápidamente al otro.

La idea era fácil, tanto como Xie Lian como Feng Xin creyeron que la mejor persona para comunicarse con los pequeños espíritus sería Mu Qing. Pues a pesar de que él había sido hijo único, él solía cuidar de muchos huérfanos cuando aún era mortal.

Entonces ambos dioses marciales decidieron que la Calamidad cuidaría a los menores mientras ellos buscaban a su tercera rueda.

"No sé cuál es su intención al hablar con dos niños pero realmente yo no soy bueno con ello. Podrían pedirle ayuda a la Señora de la Lluvia, ella incluso cuida a Guozi y Banyue," Mu Qing sugirió.

Xie Lian rechazó su idea. "No deseamos que alguien más se envuelva en esto, son muy peligrosos para exponerlos en la corte."

"¿Acaso hay algo malo con ellos? Si dicen que tienen la energía de Cuo Cuo, este tema debería ser tratado por alguien como Jian Lan." Mu Qing comentó.

Esta vez fue Feng Xin quién denegó esa sugerencia ya que entendía la gravedad de la situación. "Ellos tienen la estrella de la Soledad. Incluso Hua Cheng recomienda mantenerse alejados de ellos."

Mu Qing se sintió intrigado por aquella explicación. En aquellos años que Guozi notó que Hua Cheng era el portador de esa estrella, en su destino comenzaron a suceder algunas desgracias. Y si esos dos niños poseían lo mismo, ¿Acaso eso significaba que otra desgracia llegaría pronto?

"¿En dónde se encuentran?" Mu Qing cuestionó.

"Están en el templo," Xie Lian comentó. "Conozco el límite de tus habilidades, y si aún estamos aquí es porque creemos que este asunto debería ser tratado por alguien con experiencia. No podemos ir por ahí divagando esto sino saber la verdadera razón de su existencia."

"Además de que son aterradores. Completamente aterradores." Feng Xin agregó.

Xie Lian rio levemente al escuchar al Dios Marcial llamar aterrador a una versión infantil de él y de Lluvia Carmesí.

"Entonces, ¿Podrías venir con nosotros e intentarlo? Aun así si no puedes hacerlo, lo entenderemos y agradeceremos tu esfuerzo."

Xie Lian sabía que podía agradecer anticipadamente ya que podía ver en la mirada de Mu Qing el entusiasmo de una nueva aventura.

"Llévenme con ellos."

Nuestro amor es tan intenso que floreció en dos bellas almas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora