La hija misteriosa

14.Todo puede ser peor a lo que te imaginas.

El vuelo transcurrió tranquilo y sin problemas, ahora estábamos entrando por la puerta de mi apartamento, que sigue tal y como la había dejado antes de irme.

-¿Qué vamos a hacer?- pregunto Gabi y lo repase de arriba a abajo, como siempre iba con ese traje negro, con una camisa blanca y una corbata negra.

-Trajecitos, vamos a desenterrar a un muerto- dije y me dolía más de lo que podía admitir pero él me hacía sonreír cuando se trataba de un ex manipulador, abusador, maltratador....

-¿En serio hemos recorrido todo el país para desenterrar a alguien cualquiera?- preguntó con el ceño fruncido.

-No pienso soportarlo, ¿mi habitación es la de siempre?- preguntó Mark, él se había quedado muchas veces a dormir en mi casa y siempre dormía en la misma habitación.

-Si pero no te vallas todavía- dije haciendo una pausa - no nos podemos separar, hasta que no estemos seguros del todo, nadie se separa- dije mientras que avanzaba con la maleta por el salón -¿preparo espaguetis?- pregunto ya que me estaba muriendo de hambre, Mark asintió y se dirigió a su habitación que estaba en el otro lado del apartamento -ven- le dije a Gabi y empecé a andar delante de él hasta llegar a la habitación de invitados al lado de la mía -esta es tu habitación- dije y entre en la mía, no pensaba colocar la ropa en el armario ya que nos íbamos a ir rápido.

Una vez que hemos comido, me cambio de ropa a un mono corto con tirantes negro y me salgo al salón donde están ellos dos discutiendo por lo que creo es por la novia de Gabi, por el tema de que se tiro a Mark estando con él, pero no se por que se queja tanto cuando a mi no dudo en besarme.

- No es culpa mía que se me tire encima, si yo ni siquiera sabia quien era- dice Mark con cara bastante seria.

Yo estoy apoyada en la pared mirándolos como están a dos pasos el uno del otro peleándose, sinceramente si hubiera pelea los separaría pero no se quien ganaría, Mark es ágil y fuerte pero le fallan algunas técnicas, y Gabi no lo he visto pelearse nunca pero parece que tiene bastante fuerza, cuando iba a contestarle a Mark me adelante y hable yo primero.

- Aquí la culpa la tiene el zorrón de tu novia, Mark tío pregúntale por lo menos si esta soltera y Gabi tu no vallas de santo que me besaste a mi con tu novia en la misma sala- dije mientras que avanzaba por el enorme salón -quítate el traje porque en el cementerio no lo necesitas- dije y metí la mano por debajo del sofá para coger una de las pistolas que todavía tenía aquí, luego la guarde en la parte baja de las axilas y me asegure de que llevaba los dos cuchillos en cada bota

-¿Vamos en tu coche no?- pregunto Mark, asentí con la cabeza - voy a buscar las palas al trastero- volví a asentir con la cabeza aunque no me hacia gracia que fuera el solo a por las palas.

Gabi y yo nos quedamos solos en mi apartamento, nos miramos automáticamente como si llevásemos toda la vida haciéndolo y siento como algo en mi interior me hacia cosquillas por toda la parte de la barriga y todo mi cuerpo me decía a gritos que lo tocase que estuviera cerca de él, pero también había algo dentro de mi que me decía que me alejase lo más posible que iba a acabar peor que la otra vez, y el cuerpo me empezó a temblar cuando los recuerdos me venían a la mente y sin pensarlo di un paso hacia delante, seguía temblando y con al mirada fija en esos ojos azules que serian mi salvavidas o mi destrucción antes de que pudiera dar otro paso hacia delante alguien toco a la puerta y automáticamente saque la pistola y apunte hacia ella, mire a Gabi que estaba tan asaltado como yo y con la pistola en las manos, empecé a andar hacia la puerta pero Gabi me paso una mano por la cintura haciendo que me quedase detrás de él, me quede paralizada detrás de él ya que nada se había puesto delante mía para salvarme del peligro, siempre he sido yo la que se ponía delante de la gente para que no le pasara nada, una vez miro por la mirilla sus músculos se relajaron y abrió la puerta y allí detrás de esta esta Mark con dos palas.