°El Soldado: Capitulo 2°

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23 de Abril de 1937

Han sido ya un par de meses en donde el bosque que se oculta detrás de la base me ha recibido con los brazos abiertos en cada ocasión que he acudido a él en busca de descanso, y en cada una de las veces, ella ha encontrado una manera de encontrarme, aunque en ocasiones he intentado escapar de sus ojos brillantes solo para sorprenderla de alguna manera.

Pero en aquellas visitas al bosque hay algo más, una sensación que jamás creí que podría experimentar; no creí que algún día me enamoraría de la manera en que lo he hecho. Ha sido de una manera rápida y eso es algo que no puedo negar, pero es algo que siento en mí, que no puedo evitar y que sobre todo sé que no es uno de sus trucos mágicos. He pasado noches pensando en ello, asegurándome de que lo que siento no es meramente superficial y finalmente he llegado a la conclusión de que no es así; la quiero a ella, en cada uno de sus aspectos, pero aun con lo que yo sintiera tenía que asegurarme de que ella sintiera algo similar.

Tuve que hacerlo como mi padre lo hizo con mi madre; si me rechazaba podría volver a la base y olvidarla de poco a poco.

Hoy he vuelto a escapar del entrenamiento; sé que no puedo hacer mucho con mi aspecto como me gustaría o como lo haría estando en casa donde tengo mi traje y mis camisas buenas, pero he hecho lo que he podido para mantenerme lo más limpio posible hasta que la encontré.

Estábamos paseando por el río, viendo como parecían haber llegado los bancos de peces en grandes cantidades y vimos a la distancia que eso parecía estar atrayendo osos; de verdad eran lindos, pero más linda era la emoción de Lina de ver a los cachorros que parecían estar tratando de pescar algo.

—Se parecen a ti la primera vez que viniste aquí— me dijo, algo a lo que solo pude reír

No tenía mucho tiempo, por lo que solo... He hecho lo que mi padre hizo con mi madre. La tomé de las manos, la miré a la cara y solo me acerqué hasta que la besé. Siento como ella se ha estremecido ante esa sorpresa y lo he visto en su cara cuando me he separado de ella

—Sebastián, ¿Tu... ¿Me amas? — me dijo ella

—Sí Lina. Ha sido rápido, lo sé, pero no puedo negarlo— le contesté estando algo nervioso

—No me hables de rapidez... Yo lo supe, desde la tercera vez que viniste

Tomó una de mis manos y la colocó en su pecho, haciéndome sentir el latir de su corazón; estaba acelerado. Ni siquiera sabía que las hadas tuvieran un corazón, pero en ese momento me permití a mí mismo el deslizar de una pequeña lagrima de felicidad

—Supe que te amo— dijo ella, un segundo antes de ponerse de puntillas y besarme

Nuestro momento no se pudo extender demasiado porque tenía que regresar. Ese día mis superiores me atraparon saltando la barda que separaba la base del bosque y como castigo me enviaron a correr dos vueltas a la pista y a limpiar las letrinas, pero todas aquellas tareas las hice con una sonrisa porque bajo mi percepción había valido mucho la pena: Tenía un hada que me amaba y yo la amo a ella. Ahora mi plan es el de que, apenas mis superiores dejen de tener los ojos encima de mí, volveré a ese bosque y la haré mi pareja.

~•~•~

10 de Julio de 1937

Mientras me encontraba en medio de un entrenamiento bajo el sofocante calor del sol, un cabo se acercó a mí y me alejó del resto.

—Soldado Dartus. Se le solicita en la enfermería— me dijo

Yo solo analizaba cada una de las posibilidades para que me llamaran en específico a mí, pero ninguna parecía concordar con el hecho de que me llamaran en específico a la enfermería de la base. El cabo me acompañó a la enfermería y me encontré con mi capitán y uno de los enfermeros esperando. Saludé a los presentes de la manera en que me lo indicaba el protocolo.

Una Magica Fiesta de TéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora