¡One-Shots! [EddsWorld]

03.

TomTord❄!

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Pov Tercera Persona;

Sí, Tord recordaba muy bien esas noches en las que su pareja llegaba tarde y borracho a casa. Él solo se quedaba con los brazos cruzados y de pie al otro lado de la puerta hasta ver a su amado llegar con una cara de haber tenido una pelea brusca con otras personas, era lo normal para esos dos.

Y esa noche, era una de esas. Las tres de la madrugada y Thomas no llegaba, ¿dónde se había metido?. Tord había estado de pie durante casi cinco horas. Sus amigos lo intentaron convencer de que se fuera a descansar y lo regañara mañana pero este se negó.

El de cuernitos, intentaba no bostezar pero le era imposible, se moría de sueño. Amaba a su chico, pero no le gustaba que la mayoría de las noches se fuera a cualquier bar a tomar por qué se acabaron las botellas en la casa. Su cama se sentía vacía, tal vez él también se sentía vacío.

Cuando por fin escucho ese sonido de una puerta siendo torpemente abierta, lo miró como si lo matará de mil y un maneras, el de cuencas sonrió con una botella en mano mientras cerraba la puerta en silencio.

- Tordi! - se lanzó para abrazarlo, él era de esos borrachos cariñosos y el de cuernitos agradecía esa parte.

El antes mencionado esquivo el abrazo que le quería otorgar su novio, estaba algo enfadado. - Nada de "Tordi", Ridgewell. ¿Sabes las horas que son? - intentó ignorar el fuerte olor a alcohol y le quito la sudadera azul que este llevaba puesta, Tom simplemente bebía.

- ¿Quieres probar? - dijo el de cuencas. lo miró incrédulo y se cruzó de brazos de nuevo, con cierto sarcasmo el comunista respondió - No cariño, gracias. -

Hicieron contacto visual por unos segundos y el chico de cuencas negras se había aburrido de la mirada decepcionada de su novio. - ¿Quieres bailar? - preguntó, Tord sonrió. - Tom, son las tres de la madrugada. -

- Me gusta tu sonrisa... vamos a ver una película. - Tom recostó su cabeza en el hombro del cuernudo y se aferró a él. El oji-plateado suspiró, no quería ser tan duro con su novio pero solía ser tan... "random"?. Por alguna razón aceptó.

Estaban acostados juntos en el sofá, Tom estaba boca abajo en el pecho de Tord, mientras que el antes nombrado tenía una pierna posada en el respaldar del sofá y la otra en la espalda del cabellos de piña.

- Estás demasiado pesado y hueles fatal. - dijo el comunista con una cara cansada. - Yo también te quiero, Commie. -

Y así pasaron unos cuántos minutos hasta que nuestro chico de sudadera roja se percató de que su contrario había caído profundamente dormido, se lo esperaba. Le dio un delicado beso en los labios, haciendo una mueca de asco por el sabor a bebida alcohólica.

Apagó la televisión y dispuesto a dormir, colocó su mano en los cabellos del de camiseta gris, cerrando así poco a poco sus hermosos ojos color plata.

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