Yoongi

154 12 2
                                        

Recogí mis documentos de la mesa mientras todos se levantaban en la junta e iban saliendo por la puerta. Lo cierto es que echaba de menos los días en los que mi trabajo era viajar por el mundo con una pandilla bastante loca e ir a conciertos gratis. Lo que no echaba de menos era la ansiedad que eso me generaba.

El tiempo seguía lluvioso y frío. Iba vestida con treinta capas de ropa, la mochila colgada al hombro y batallando con el paraguas. Mi teléfono siempre sonaba en los momentos más inoportunos. Justo cuando iba a meterme en la boca del metro. Afortunadamente llevaba puestos los auriculares y no tenía que sacar el móvil de donde quiera que estuviera para responder.

—¿Qué haces?

Ese era siempre su saludo. Escueto y bastante frío con un tono de voz imperturbable. Pero así era Yoongi, estaba acostumbrada. Que levantara el teléfono para llamarme ya era mucho, a pesar de ser uno de mis mejores amigos.

—Entrando al metro. Acabo de salir del trabajo... ¿Qué pasa?

—Voy a escribir un tema completamente en inglés, ¿crees que podrías ayudarme con la letra?

—Ehm, sí... Supongo que sí.

—¿Puedes venir a casa?

—Sí, aunque tengo que pasar antes por mi piso a dejar las cosas del trabajo... ¿Qué tal dentro de una hora?

—Vale, está bien ¿Tu coche sigue en el taller?

—Pues sí.

—Entonces te mando un Uber para que te recoja, hace mucho frío hoy.

—No hace fal—

—Tú solo baja cuando te llegue el mensaje. —Me cortó sin dejarme terminar la frase. Yoongi es así.

—¿Estáis todos en casa?

—No lo sé, llevo encerrado en el estudio desde esta mañana... ¿Por qué?

—Solo curiosidad. Bueno, nos vemos.

Annyeong.

Desde que vi a Jungkook y tuvimos aquella conversación en la que me dio a entender que todos estaban al tanto de la situación me sentía un poco incómoda ante la posibilidad de tenerme que enfrentar a todos a la vez. Bueno, a todos menos a él, que todavía seguía inmerso en sus aventuras europeas.

Hacía tanto viento que abrir el paraguas era imposible, por lo que llegué a casa empapada de cabeza a pies. Quizás me daba tiempo a darme una ducha rápida y cambiarme de ropa.

Ya habían pasado un par de días desde la última vez que supe de él, no es que me preocupara que no me escribiera lo más mínimo. No es que pensara que igual estaba ocupado divirtiéndose con otra gente u otras chicas. No quería que esos pensamientos intrusivos se alojaran en mi mente, pero era difícil evitarlos en algunos momentos. No podía demandarle más de lo que le demandaba a los demás, y si cualquiera de ellos no me escribiera en una semana, no me preocuparía lo más mínimo. Tampoco me preocuparía parecer una intensa por ser yo la que diera el primer paso en preguntarles qué tal iban las cosas. Todo se vuelve más complicado cuando alguien empieza a gustarte más de la cuenta. No sé, quizás extrañaba escuchar su voz al otro lado. Tenía unas ganas inmensas de que llegara el cumpleaños de Jin solo para poder volver a verle.

Después de restregarme la toalla por el pelo me vestí con ropa cómoda de deporte y le eché una ojeada al móvil. El Uber debería estar a punto de llegar así que cogí mi bolso y bajé al hall. Di algunas vueltas alrededor hasta que llegó la notificación y vi un coche negro pararse en la puerta.

Estoy yendo para allá.

Le escribí para que se asegurara de que alguien me abriera la puerta. Solo esperaba que no fuera Jungkook el que lo hiciera. No estaba preparada para que me mirara moviendo las cejas y preguntándome si había alguna actualización.

7 DATES (BTS) *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora