Jin

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"Yo solo espero que la tarta sea de chocolate" decía y le oía como si estuviera dentro de una burbuja. Con mi cabeza metida en la pantalla del móvil, releyendo una y otra vez el último mensaje que me había escrito.

Vuelvo el sábado, por fin, la verdad es que dos semanas aquí ha sido demasiado. Te echo de menos, bueno y a todos... ¿Quieres que nos veamos el sábado? ¿O nos veremos en el cumpleaños?

Me quedé un poco confusa, quizás esperaba un mensaje algo más cálido... ¿Debía contestar? No quería parecer desesperada, pero tenía que hacer algo cuánto antes, Jin estaba perdiendo la poca paciencia que tenía.

Definitivamente creo que deberíamos vernos el sábado. No sé a qué hora llegarás, pero solo escríbeme cuando estés en casa y me pasaré por allí. Yo... también te echo de menos. Como todos los demás jajaja.

Lo envié y chasqueó sus dedos en toda mi cara haciéndome volver a la realidad. Tenía su ceño fruncido mientras le daba un sorbo a su batido.

—Todo el día con el móvil, sois muy pesados los jóvenes de hoy en día.

—Tenemos la misma edad. —Le respondí volviendo a meter el teléfono en mi bolso.

—Sí, aunque por poco tiempo. En unos días volveré a ser el mayor.

—Qué dramático.

—¿Quién era? ¿Alguien del trabajo?

—No exactamente...

—Estoy al día de los cotilleos, no hace falta que te cortes. —Decía con una media sonrisa.

—¿Hay alguien que no lo sepa? El puñetero Jungkook no puede mantener la boca cerrada.

—No ha sido él... yo siempre me entero de todo.

—Bueno, cambiando de tema. —Dije porque ya estaba harta de hablar siempre de lo mismo con todos. —Tu cumpleaños. El hotel ya está reservado, pero del tema de la seguridad tiene que encargarse el staff, yo no sé a qué equipo contratar, así que díselo a ellos.

—A mí lo que me preocupa es la tarta. El año pasado Jimin se equivocó y compró una de nata y fresas, yo quiero una de chocolate.

—Jin la tarta viene desde París así que no creo que estés en posición de quejarte. Estoy segura de que será de chocolate.

—Pues ya está, eso es lo único que me importa saber.

Las cosas eran fáciles para él, si algo me gustaba de Jin es que no había ni un problema que ocupara su mente más de diez minutos. Era feliz, alegre, la fuente de buena energía que todos necesitábamos. Por mi último cumpleaños él lo organizó todo y nos llevó a una especie de retiro espiritual para terminar la fiesta esa misma noche en un club increíble con mi música favorita y todo lo que yo habría querido ese día. Incluso se molestó en invitar a mis amigos, a los que les pagó el viaje para que pudieran venir. Ni siquiera sé por qué fue el encargado de organizarlo todo, pero no puedo recordar un cumpleaños mejor. Y cada vez que presumía de ello, Jimin se picaba y decía que él sería el responsable de hacerlo la próxima vez. Sonreí solo de imaginar lo que sería capaz de prepararme.

Jin y yo quedamos esa mañana para ultimar algunas cosas para la fiesta, aunque gran parte era una sorpresa podía conocer algunos detalles. Yo nunca había sido organizadora de eventos, pero después de cuatro años ayudando a preparar cumpleaños creo que podría añadir eso a mi currículum. Saqué el iPad de mi mochila y lo desplegué sobre la mesa. Jin me miró apoyando su cara sobre la mano y apretando los labios alrededor de la pajita del batido.

—Bueno. Como te dije antes el hotel está reservado. La noche del sábado y la del domingo, pero podemos entrar el sábado a partir de la tres de la tarde.

7 DATES (BTS) *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora