Capítulo 19

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Llevaba tres días sin ver a Camila. Ni una sola llamada telefónica. Ni una sola. Le había dejado  mensajes en su casa y en la tienda todos los días,  diciéndole que estaba completamente equivocada sobre lo que sospechaba y pidiéndole que me  llamara. Pero mi teléfono jamás sonaba.
Cada día llegaba a casa del trabajo, esperando y  rezando para que estuviera en el gran salón, las inspecciones de los trabajos se habían terminado desde ese día en el despacho de Normani. Cada día era una decepción.
Decepcionada era un eufemismo. Devastada estaba,  probablemente, más cerca de la verdad. Me puse de pie en el centro del cuarto. Era primer viernes  por la noche en muchos meses que no iba a pasar con ella. El dolor en mi corazón parecía  irradiarse por todo mi cuerpo y la tristeza y la  frustración se apoderaron de mí.
El olor del serrín flotaba en el aire. Habían terminado de lijar toda la carpintería. La chimenea había sido completamente despojada de la  pintura blanca, quedando la piedra. No llevaría mucho tiempo a los trabajadores barnizar, sellar y  dar todos los toques finales.
¿Y por qué? Sentí lastima y lagrimas de frustración se asomaban al borde de mis ojos. Era cierto que había querido hacer algo con esta  habitación. Pero había sido el entusiasmo de Camila el que me había impulsado a hacer el trabajo. La  pura emoción y la emoción en el rostro de Camila habían sido toda mi motivación. Y ahora sabía que  nunca podría entrar en esta habitación sin pensar  en ella.
Había pasado horas y horas tratando de decidir si  debía o no aparecer en su puerta. Había conducido hasta Secretos del Pasado por lo menos una vez al día, sólo para encontrarme el cartel de CERRADO colocado en la ventana.
El teléfono empezó a sonar y me apresuró a volver  a la sala de estar, mi corazón estaba esperanzado cuando cogí el teléfono.
-"¿Hola?"
-"¿Lauren?"
Mi corazón se hundió.
-"¿Normani?" Me dejé caer en  el sofá y durante unos momentos solo escuche el  silencio.
-"Ella me despidió, Lauren."
-"¿Qué?" -¿Las cosas podrían estar peor?
-"Espera un poco." -La voz de Normani sonaba a hueco. -"Recibí una llamada de su nuevo abogado, que me  informo de que ya no se necesitan mis servicios."
-"Mierda, Normani. ¿Ella te dio una razón?"
-"Él",- me corrigió.- "Bob Gleason lleva el caso."
Bob era otro antiguo compañero con el que Normani y yo habíamos trabajado, juntos o enfrentados, en  muchas ocasiones.
-"¿Qué dijo?"
-"Me contó que había estado reticente a aceptar el  caso y que le dejó claro a Camila que estaba totalmente en contra de lo que estaba haciendo.  Pero me dijo muy claro que ella no quería que la representara". -Podía oír la tristeza en su voz.-"Al parecer, Camila le dijo que se encontraba  preocupada, que las dos estábamos conspirando en  su contra."
-"Eso es ridículo!" -Grité.- "¿Desde cuándo esta tan  paranoica?"
Ella suspiró.
-"No me sorprende, la verdad. No  tienes ni idea de lo que el marido y su familia le han hecho pasar. Está convencida de que nunca va a quitárselos de encima, y esto sólo aviva sus peores temores."
-"Pero, Normani, no tenía ni idea de nada de esto."
-"Lo sé. Pero no hay nada más que puedas hacer." -Ella dudó un momento antes de continuar.- "Deberías saber que planean presentar una denuncia al  tribunal, basándose en que los Mahome conspiraron en  su contra, y que tu y yo estábamos de acuerdo con  ellos."
Me sentí como si el viento me hubiera golpeado. Empecé a mordisquearme el labio inferior, mi mente  dando vueltas en círculos.
-"Eso es lo peor que puede hacer."
-"Lo sé, Lauren. No estoy segura de si se trata de un farol o si realmente cree que tiene base para  presentar un caso."
-"Tengo que ir a hablar con ella, Normani." -Los planes comenzaron a concretarse en mi mente.- "Hay que hablar con Bob. Hazle saber que tiene que convencer a Camila para que no presente esa  denuncia."
-"¿Y cómo voy a convencerlos para que no hagan  eso?"
-"No lo sé, Normani. Y técnicamente no estamos teniendo esta conversación."
Nos quedamos en silencio durante unos momentos.
-"¿Qué tienes en mente, Lauren?"
-"Ni siquiera estoy segura", -admití.- "Pero hay que  convencer a Bob que me dé de tiempo hasta el  martes antes de presentar la denuncia."
-"Esa es la fecha en que hay que estar en el juzgado."
-"Ya lo sé. Pero si van a presentarla, no les hará  daño si es en el último minuto."- Tenía que hablar  con Camila y convencerla de que estaba completamente equivocada en todo lo que pensaba.
-"Hazlo, Normani. Llámalo. Consígueme algo de tiempo."
-"Voy a intentarlo." -Su voz sonaba resignada.
-"Esfuérzate, Normani."
-"¿Qué estás tramando, Lauren? -Prácticamente puedo  oír las ruedas de tu cabeza dando vueltas."
Por primera vez en varios días, me reí.
"Ni  siquiera estoy segura de mí misma, o de que vaya a  funcionar," -le dije-. "Pero lo estoy pensando, probable que sea extremadamente inmoral y que es  mejor para ti no saber nada al respecto."
-"Ten cuidado, Lauren."- Sonaba triste.
-"Lo haré", -le aseguré. -"Sólo convence a Bob para  que no haga nada, al menos hasta el martes."
Nos despedimos y colgamos. Camila y yo íbamos a tener una larga conversación, y ayer no era lo suficientemente pronto para mí.
Cogí el teléfono de nuevo, dudando brevemente  antes de marcar el número de teléfono de Camila.
Colgué el auricular cuando escuche el contestador  automático activarse.
-"Está bien", -dije. -"Si no vas a coger el teléfono,  entonces me vas a tener que cerrar la puerta en la  cara."
Corrí escaleras arriba para ponerme unos pantalones cortos y una camiseta. Cogí mis llaves y me dirigí hacia la puerta.
Bajando por Storrow Drive, tome la salida más  cercana a Secretos del Pasado, pensando que podría estar ahí , al menos, valía la pena  intentarlo. Conducía lentamente y vi que el cartel  de CERRADO estaba colocado en su lugar.
¡Genial!. Apreté el acelerador y luego, con la misma rapidez, frene en seco. Algo no cuadraba.
Miré de nuevo a la tienda, tratando de ver más allá del cartel de la ventana. Las luces estaban encendidas.
Miré el reloj, y señalaba casi las siete y media.
La tienda cerraba a las cinco de la tarde todos los días, y las luces tenían un temporizador para que se apagaran a las seis en punto. Eso  significaba que Camila debía estar dentro.
Dirigí el coche a la acera, sentí que mi corazón  comenzaba a correr. No sabía que decirle si estaba  allí. ¿Y si se negaba a escucharme? La idea de Camila rechazarme me produjo una sensación nauseabunda. Pero no podía preocuparse por eso.
Apague el motor, me llevo hacer varias respiraciones profundas para calmar mis nervios.
Eche un vistazo mientras me acercaba a la puerta. No pude ver ningún movimiento, pero estaba segura de que Camila se encontraba aquí. Cogí con cautela el pomo de la puerta y lo gire, con la esperanza de que abriera fácilmente. La puerta estaba  cerrada.
Ahora tenía un verdadero dilema. Podía llamar, en  cuyo caso ella podría elegir entre ignorarme o simplemente negarse a abrir la puerta. O podía usar mi llave. Por un momento me pregunté si había  cambiado las cerraduras, pero la llave se deslizó y dio la vuelta a la cerradura fácilmente. Micorazón latía con fuerza, diciéndome que entrara.
La campanilla de la puerta sonó, y pensé que mi  corazón iba a explotar. Tratando de calmar mis nervios, cerré la puerta tras de mí, asegurándome  de que la cerradura estaba echada antes de ir  hacía el. Trate de escuchar buscando signos de actividad, mis oídos se llenaron con el silencio y  el vacío.
Se me puso piel de gallina por todo el cuerpo, y  de repente sentí la tentación de irme de la  tienda. Sabía que técnicamente no era un allanamiento de morada. Pero si quería, Camila podía hacérmelas pasar muy mal.
-"¿Camila?"- La llamé suavemente por el nombre y escuché una respuesta, sin entender nada. El zumbido de lámparas fluorescentes me atrajo y  entre en la estancia, donde oí un chirrido leve proveniente del fondo de la tienda.
Al acercarme, sonaba como si alguien estuviera levantando y moviendo muebles pesados. Me imagine que Camila debía estar moviendo una compra nueva  desde la plataforma de carga externa, y no estaba muy lejos de mi suposición.

Estaba de espaldas a mí y yo la veía levantar un  extremo de una mesa de comedor de caoba. Estaba  caminando hacia atrás y tirando de la mesa con fuerza, las piernas deslizándose por el suelo de  roble. Ella soltó la mesa, y elegí ese momento  para interrumpirla.
-"Camila?" -Ella saltó hacia atrás y se llevo una mano al pecho cuando me vio.-"¿Te has asustado?, ¿tienes miedo de mí?.""Lo siento." -El solo verla me hizo olvidar lo que había ocurrido durante la semana pasada. Di un  paso hacia adelante, con las palmas hacia arriba, y mi estómago se hundió cuando ella dio un paso  hacia atrás alejándose de mí.
-"¿Qué estás haciendo aquí?"- Su voz era dura, su  ojos acusadores.
-"Tenemos que hablar, Camila."- Mantuve mi voz  calmada y tranquila.
-"Así que acabas de decidir venir en tu coche?"
-"He venido con mi coche días desde la semana pasada."- Luché contra el sarcasmo. -"No has devuelto ninguna de mis llamadas telefónicas, y  tengo que hablar contigo antes del martes."
-"Habla con mi abogado", -me espetó, volviendo a su  tarea de mover la mesa.
Podía sentirme cada vez mas enojada, y me llevo un  poco de esfuerzo tratar de frenarme.
-"No seas un culo, Camila. Tenemos que hablar."
A pesar de mis esfuerzos, pude oír la frustración en  su voz.
-"No, Lauren." -Su voz explotó cuando se cuadro y se  centró a mí. -"Técnicamente no debería estar  hablando contigo de nada. Estas representando a mi marido en nuestro caso de divorcio. Demanda que me  podría destruir totalmente en más de un sentido. ¿Sabe tu cliente que estás aquí?"
-"Por supuesto que no."
-"¿Y sabe que has estado confraternizando con el  enemigo desde hace unos meses?" -Sus manos se  clavaron en las caderas. -"O estaba en lo cierto al  suponer que desde un principio te había metió en esto con ese fin."
No la reconocí. No era para nada la mujer que había conocido y con la que había pasado tanto tiempo estos últimos meses. Estaba enojada y completamente irracional.
Suspiré.
- "Honestamente, exactamente no estoy  segura de lo que los Mahome saben o no saben,"- le dije. -"Pero nunca te he mencionado de ninguna  manera personal con ninguno de ellos."
Sus ojos se apoderaron de mí.
- "No te creo."
Me quedé boquiabierta.
-"Ni siquiera sabía que Austin Mahone era tu marido hasta hace tres días!"
-"Eso es lo que dices. Pero no creo que sea cierto."
Quería gritar.
-"Camila, me dijiste que estabas divorciada. Yo ni siquiera sabía que estabas casada, ¿recuerdas?"
Ella se encogió de hombros, con los ojos cerrados.
-"Eso es lo que quisiera creer, por lo menos. Pero  nada me resulta fácil de creer ahora."
-"¿Creer qué?"
No tenía paciencia.
-"Me resulta difícil creer que  no tuvieras ni idea de que estaba casada con tu  cliente. ¡No puedo creer que lo estabas  representando todo ese tiempo y qué no te dieras  cuenta de que él y yo estábamos casados. Eso no  sería tan difícil de entender. "

Negué con la cabeza.
-"No lo sabía, Camila."
-"Por cierto, no investigaste mucho," -resopló. -"Incluso tu padre sabía lo de Austin."
-¿Lo sabía? -Empecé a reprenderme a mí misma. ¿Me había  quedado dormida en lo concerniente a este caso? ¿Me había sentido tan atrapada y manipulada por Mahome que no me había tomado la molestia de hacer los deberes? Me sentía impotente.-"Mira, Camila. Puedes seguir adelante y pensar que  soy una abogada de mierda. Lo cierto es que yo no  sabía nada."
Me di cuenta por la mirada en su rostro que no estaba haciendo mella en ella. Se mantuvo firme en  su negativa a creerme.
-"Déjame que te diga lo que pienso", -respondió  ella, apoyándose contra la mesa que había estado moviendo de sitio.-"Creo que el padre de Austin te metió en todo. Creo que hizo que  mereciera la pena seducirme y meterme en tu cama."

-"Estás siendo irracional, Camila."
-"¿Seguro?" -Levantó una ceja. -"Él sabe que eres lesbiana, ¿no es así?"
-"Nunca hemos hablado de ello"-, le contesté.
-"Pero él lo sabe", -me aseguró.- "Se subía por las  paredes cuando se enteró de que su hijo me había sorprendido con una mujer. Simplemente sería perfecto seleccionarte para que representaras a su hijo."
No podía estar en total desacuerdo con ella.
¿Acaso no había sospechado lo mismo?
-"No me preocupo por ellos, Camila. Me preocupo por nosotras."- Estaba empezando a suplicarle.
-"¿En serio?" -Su voz era tan fría. -"Creo que todo ha formado parte de un plan. Una vez que me involucré contigo casi perdí cualquier oportunidad  que tuviera con mi acuerdo de divorcio."
-"¿Crees que fingí todo esto?"- Dije incrédula.
Asintió con la cabeza.
- "La evidencia habla por sí  misma, Lauren. Los Mahome tienen un montón de dinero y  poder. No es difícil creer te han pagado muy bien  para poder atacar con algo que haga mucho daño."
-"No digas tonterías"- Mi risa era dura.- "Has estado  viendo demasiadas películas."
-"Y usted está subestimando a su jefe",- respondió  bruscamente. Luego hizo una pausa, como si  repensara su respuesta.- "A menos que te este subestimando a ti y tú estés jugando conmigo otra  vez."
Sacudió la cabeza, y se quedo en silencio un momento.
-"No sé lo que creo, Lauren. Pero ahora mismo no puedo creer una palabra de lo que dices. En  absoluto deberíamos estar hablando."
-"Realmente ¿no me crees?"
Ella negó con la cabeza.
-"No puedo, Lauren. Sería tonto por mi parte hacerlo."- Suspiró profundamente. -"Se va a llevar a mi casa, Lauren."
-"Sí",- le espeté. -"Una casa a la que ni siquiera me invitaste." -Mi enojo crecía. -"Te cuidaste mucho de  mantener tu matrimonio y todo lo relacionado con tu vida de manera que fuera un secreto para mí."-Me estudió un momento antes de encogerse. Su indiferencia me enfureció.-"Me dijiste que estabas divorciada," -le recordé. -"Fuiste tu quien me mintió, Camila. ¿Recuerdas?"
Me observó durante unos momentos más antes de  elegir sus palabras cuidadosamente.
-"Puedes salir  en cualquier momento que lo desees, Lauren. "Sabes  dónde está la puerta."
-"Maldita sea, Camila. No puedo creer que estés actuando de esta manera." -Mis emociones estaban en  algún lugar entre la ira y las lágrimas.
-"Y yo no puedo creer que vengas aquí y trates de convencerme de que toda nuestra relación no era otra cosa que una farsa."- Sus ojos estaban  furiosos. -"Puedes dejar que tu cliente crea que puede quedarse con la casa de mis padres, pero yo no voy a darme simplemente la vuelta y dejar que  se la quede."
Recordé lo que Normani me había dicho, que Camila y  su abogado tenían previsto acudir a la corte y  acusarnos de conspiración y manipulación, y sólo Dios sabe de qué más.
"-,Camila no tengo ni idea de si Mahome padre ha manipulado esta situación. Pero tienes que saber que nunca te he mentido. No he conspirado contra  ti de ninguna manera."
-"Estas tratando de salvar tu culo"-, me soltó.
-"No, Camila. Ahí es donde te equivocas." – firme mi mandíbula.- "Estoy tratando de salvarnos."
Nos miramos la una a la otra durante mucho tiempo,  mientras me preguntaba si había alguna posibilidad de que hubiera llegado hasta ella para hacerla  razonar. Algo parecido a la tristeza parecía caer sobre sus facciones, pero entonces cruzó los  brazos sobre su pecho, y sus labios se juntaron en  una sonrisa condescendiente.
-"Creo que es hora de que te vayas, abogada. Te  veré en la corte."
Ella se anotó un golpe directo. La ira se evaporó hasta que sólo quedó la impotencia. Sin decir una  palabra, me di la vuelta y volví sobre mis pasos hasta la puerta principal.

Segreti del PassatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora