Mis nervios estuvieron de punta por el resto del día, al pensar lo que podría estar ocurriendo al final del pasillo. Había vislumbrado a Mahome junior cuando paso por mi oficina de camino hacia la de su padre, y lo único que podía hacer era
quedarme quieta y esperar a ver qué pasaba.A las tres y media, la secretaria de Carter llamo, me pedía que fuera a su oficina. Por la mirada que Millie me envió cuando pasé junto a su escritorio me entraron ganas de esconderme. Me imaginaba que podía escuchar cada palabra que se decía dentro de esas cuatro paredes.
Llamé a la puerta y la abrí lo suficiente para
asomar la cabeza dentro.-"Quería verme, señor?"
-"Sí. Entra y cierra la puerta."
Hice lo que me dijo, cerrando la puerta detrás de mí cuando entré en la oficina. No estábamos solos. Su hijo estaba sentado a un lado de la habitación.
Tenía la cara roja como un tomate, y no me miraba a los ojos. Sirenas de advertencia comenzaron a sonar en micabeza. Esto no era una buena señal. Un enfrentamiento con Mahome junior no era exactamente lo que tenía en mente.
-"Siéntate, Lauren"
Una vez más, hice lo que me dijo, los ojos
lanzaban dardos de ida y vuelta entre el padre y el hijo. Empecé hablándome mentalmente, tratando de calmarme. No estaría bien que pareciera nerviosa en este momento.Carter Sénior se aclaró la garganta.
-"Parece que tenemos mucho trabajo que hacer." -Sus ojos estaban fijos en su hijo, y empecé a sentir la tensión que había entre ellos. -"Hablé con mi hijo acerca de la información que tienes , y parece que no tiene defensa." -Él se dirigía a mí, pero sus ojos aún no se había apartado de su hijo.
-"¿No es así, Austin?" -El color en el rostro del joven se ensombreció mientras mantenía sus labios apretados y cuidadosamente juntos. -"De hecho" - la voz de Cárter fue elevándose - "Aquí mi hijo ha confesado que, prácticamente, ha hecho un modo de vida el robar a su esposa en su
tienda." -Una vez más se detuvo para dar énfasis. -"¿No es así, Austin?" -Él repitió la pregunta a su hijo y esta vez tampoco obtuvo respuesta. Por primera vez desde que entré en la oficina, mi jefe volvió su mirada hacia mí.- "Parece ser que ha
decidido añadir el robo y el hurto a sus muchas habilidades."Apenas podía creer lo que estaba escuchando.
Mantuve la boca cerrada con fuerza mientras le devolvía la mirada.
-"Insistí en que se quedara aquí cuando te llame a mi oficina." -Su sonrisa era forzada. -"Ves, esta es sólo una de las muchas cosas que he probado en los últimos años para ver si aprendía. Lo que estoy
tratando de hacer con él ahora mismo es que vea que la humillación que está sufriendo en este momento no es nada." - -hizo una pausa antes de subir su voz y volver su atención a su hijo - "nada en comparación con la humillación que tu y
los miembros de tu familia sufrirían si tus
indiscreciones actuales llegaran a hacerse
públicas".El contraste entre su vozarrón y el súbito
silencio que se produjo en la habitación fue
tétrico. Me di cuenta de que había estado
conteniendo el aliento y ahora lo deje escapar lentamente.Volvió su atención de nuevo a mí.
-"¿Cuál es la pena de prisión por robo a gran escala de forma continuada?" -La pregunta era retórica, y no esperó mi respuesta. -"¿Cinco años? ¿Diez años? ¿Tal vez veinte?"
Asentí con la cabeza, sabiendo que no esperaba una respuesta de mí. No era más que un apoyo silencioso en su proceder contra una sola persona. Otra vez el silencio era ensordecedor. Cuando abrió la boca para hablar, su voz era baja y
amenazante. -"¿Has comprendido mi punto de vista Austin?" -Eche un vistazo a Mahome Junior, estaba casi acurrucado en una silla que no era lo suficientemente grande como para que se hiciera invisible. Sus ojos me evitaron cuando apretó la mandíbula.-"Austin"El joven brincó ante la llamada de atención.
-"Sí, señor", -murmuró mientras seguía centrándose en mirar la alfombra delante de sus pies.
-"Entonces te puedes ir."- La voz de Cárter fue cortante. Con un gesto de la cabeza señalo hacia la puerta y el hijo se fue un conejo asustado. Me hubiera gustado unirme a él.
Una vez que había dejado la oficina, volví mi atención hacia el hombre que estaba sentado en el otro lado del amplio escritorio. Parecía viejo y cansado.
-"Mis disculpas por pedirte que presenciaras esa pequeña diatriba a mi hijo."- Sonrió. -"Quería hacerle entender que hablaba en serio." -Hizo una pausa. -"También quería que entendiera la gravedad de lo que hizo y que sufriera una buena humillación. Sólo puedo esperar que haya aprendido
algo de todo esto."Lo miré fijamente y me atreví a hacer una
pregunta.- "¿Crees que lo hará?"Parecía herido.
-"Lo dudo. Pero mi esposa y yo hemos sido en extremo blandos con él. Ha sido un
vividor toda su existencia, no importa lo que su madre o yo hayamos intentado." -Sus ojos parpadearon mirando a los míos y casi se rió.- "Oh, ya sé que soy un hijo de puta, querida. Pero mi mujer es un ángel absoluto. Ella es una mujer amable y generosa que no merece un hijo tan
despreciable como el que tiene."- Su voz se apagó, y puso un gesto de preocupación.Transcurrieron unos minutos antes de que él pareció recordar que yo todavía estaba en la habitación. Se aclaró la garganta y se serenó.
-"Quiero que hables con el abogado de Camila." -Era la primera vez que había oído su nombre en boca de Cárter. -"Quiero que le diga a ella que estamos dispuestos
a abandonar la lucha por la casa de Cambridge." -Mi corazón empezó a revolotear, y me encontré calmando mi reacción. -"Con una condición", añadió rápidamente. -Como si tuviera motivos para exigir nada, pensé. -"Quiero por escrito que se comprometa a no formular cargos penales contra mi hijo a cambio
renunciaremos a todo lo que pedimos dejándole todos los bienes comunes"-. Hizo otra pausa, escrutando mi reacción.- "¿Crees que aceptaran?"-"No puedo estar segura, señor"-, le contesté. -"Tienen argumentos muy fuertes. Pero voy a ver si puedo convencerlos".
-"Bien."- Él asintió con la cabeza, satisfecho.
-"Entonces esfuérzate al máximo. Se está haciendo muy tarde, y sé que usted tiene que hacer algunas llamadas. No voy a entretenerla."Eso fue todo. Había esperado que el cielo tronara sobre mis oídos, pero, en su lugar, me habían enviado a hacer un último trabajo sucio para mi jefe.
-"En cuanto tengas una respuesta quiero saberla." -Su voz llegó a mis oídos cuando cogí el pomo de la puerta.
Le aseguré que así sería. Mantuve la composturahasta que llegue al final del pasillo y entre en mi propio despacho. Cerré la puerta y me tape los ojos.
-"¡Sí!" -Exclame de gozo en un susurro
silencioso.Me permití un momento de triunfo antes de sentarme en la silla detrás de mi escritorio y alcanzar mi agenda.
ESTÁS LEYENDO
Segreti del Passato
RomanceLa abogada Lauren Jáuregui, harta de la dureza emocional que entraña su especialidad laboral, decide dejar descansar la mente una temporada y entra a trabajar en un bufete de abogados en el que espera que su existencia sea más sencilla. A pesar de a...