Capítulo 1

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Wendy

Antes

Todos los libros juveniles empiezan con la mañana de la protagonista, el momento exacto en el que se despierta y que lo hace con el maldito despertador. Los libros de misterio empiezan con la noticia del desaparecido en el noticiero matutino. Ningún buen libro puede empezar por la noche, o tal vez todos los buenos libros comienzan por la tarde y solo soy yo que tengo mal gusto y todos los libros que leo comienzan por la mañana.

En fin ¿Porque este discurso? Se preguntarán. Creo que fue una buena manera de introducir lo que sucedió mi mañana, porque no me gusta ser como las demás personas, pero tampoco soy la chica única e inigualable. Simplemente quería hacer las cosas a mi manera.

No era una mañana particular, era un martes de octubre y como todas las mañanas, subí al bus y me bajé de el con los auriculares puestos, sin intención de quitármelos hasta llegar a mi banco o hasta encontrar Teressa, el único ser humano de este planeta que tolero su presencia.

Teressa es mi única amiga en toda la escuela y la ciudad. No es que me guste socializar mucho, es más, si ella y yo somos amigas ahora mismo es por pura casualidad de la vida.

Fue en segundo año de secundario y yo había salido de la clase para comprar algo a la máquina expendedora. Solo que me encontré con una niña de cabellos azules muy alborotados, una remera sin mangas blanca, unos pantalones largos cuadrillé blanco, negro y gris, con unas botas bajas, al lado de la máquina expendedora. Lo primero que pensé fue "que estilo" lo segundo fue "¿porque está pateando la máquina expendedora?"

Resulta que su paquete de gomitas se había atascado y me suplico que la ayudara, obviamente no me iba a poner a patear la máquina, más bien fui a buscar a un conserje, quien nos abrió la máquina, y no solo, también nos dio algunos paquetes gratis. Desde ese día Teressa esta pegada a mi porque dice que, si no hubiese estado yo ese día, nunca le habría pasado algo tan hermoso ese día, como recibir paquetes de golosinas gratis. Al principio la alejaba, pero con el tiempo me acostumbré a su presencia y le tomé cariño.

Es como cuando te encuentras a un gatito en la calle, lo llevas a tu casa, le das de comer, y de repente lo encuentras todas las tardes a fuera de tu ventana, mirándote fijo con unos ojos dulces para que le des de comer. Algo así fue con ella, con la diferencia de que, gracias al cielo, no me la encontraba mirándome del otro lado de la ventana de mi casa.

- Hola Wen - Teressa se sentó a mi lado.

En esta ocasión estaba vestida con una remera gris debajo de una chaqueta de jean, unos jeans negros y unas botas bajas del mismo color. Noto que en la chaqueta de jean tiene algunos pines que combinan con su actual cabello rosado.

Teressa es definitivamente un libro abierto, ella es como se muestra al mundo, pero lo que siempre quedará como un misterio para mí, será el verdadero color de su cabello.

- Buenos días Tessa - me quito los auriculares y los guardo en el bolsillo de mi chaqueta.

- ¿Has visto que hermoso día soleado hay hoy?

La verdad no, no lo había notado, pero de igual forma asiento con la cabeza para hacerla feliz.

Tessa saca su libro y su cuaderno, yo simplemente saco mi cuaderno y la cartuchera. Con el tiempo aprendimos a organizarnos de tal modo que la mochila no nos pese tanto.

Asistimos a una escuela en donde los casilleros son inexistentes y donde llegamos a tener 8 materias en un solo día, cada materia con sus respectivos libros de 900 páginas. Por suerte la mitad de los libros también están disponibles en formato digital, por lo que llevamos nuestras tabletas, pero con la otra mitad nos ponemos de acuerdo para llevar solo una de nosotras el libro y lo compartimos.

Jace y WendyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora