Wendy
Son muy pocas las veces en donde las personas a mi alrededor están completamente calladas, por desgracia la mayor parte de mi tiempo la paso en medio de gente y no por una decisión propria. Cada mañana paso alrededor de 50 minutos en medio de personas en medios de trasporte público, luego en la escuela, luego el trabajo y nuevamente los medios de trasporte públicos.
En cambio, cuando llego a casa lo único que abunda es el silencio y la soledad. Mi padre trabaja hasta muy tarde y a veces se queda dormido en la oficina de donde trabaja para poder iniciar temprano la mañana siguiente y tener más días en los que está conmigo.
Hoy no es uno de esos días. Hoy se quedará a dormir en el sitio de construcción para pasar el jueves y viernes en casa, seguramente tiene en mente un fin de semana largo.
Cierro la puerta a mis espaldas y paso el seguro. Las luces están apagadas y no logro ver casi nada, pero aun así se que justo al lado mío esta le mueble de los zapatos. Me quito las botas y las dejo en su lugar, colgando si chaqueta y mi bufanda en un gancho sobre el mueble.
Camino por el pasillo para dirigirme a la pequeña cocina, donde enciendo la luz. Poso las bolsas de las compras sobre la mesa y comienzo poner cada cosa en su lugar con mucha calma y tranquilidad. En la alacena un paquete de fideos, unas latas de tomate y sobres de puré de papa instantánea. En la otra alacena un paquete de rodajas de pan, un paquete de galletas y uno de papitas. En la heladera una botella de leche, otra de jugo, fiambres y manzanas.
Perfecto.
Guardo las bolsas de plástico en una caja debajo de la mesada. Tessa me mataría por haber utilizado estas bolsas ya que dañan el medio ambiente, pero no es culpa mía si la única tienda abierta a esta hora solo tenga de este tipo de bolsas.
Mis ojos caen en la puerta-ventana que da hacia la terraza y que al mismo tiempo muestra el cielo completamente nublado, con tonalidades grisáceas, celestes y verdes: va a caer granizo.
Cuando era niña mi padre veía documentales sobre la naturaleza cuando volvía del trabajo, que casualmente era la misma hora en la que yo tenía permitido mirar la televisión. Mi madre decía que esperara a que papa se durmiera viendo los documentales para cambiar de canal, pero papa utilizaba el control remoto como oso de peluche cuando dormía y cuando intentaba quitárselo él lo sostenía con más fuerza. De ese modo me pasaba horas viendo documentales sobre el planeta tierra y los animales que habitan en ella.
Una de las cosas que aprendí en esos documentales era la ciencia del granizo, explicaba cómo se creaba y a que se daba y como hacían las personas antes de nosotros a detectarlo sin necesidad de aparatos electrónicos que, naturalmente, no existían. Decía que se basaban de los últimos rayos del sol reflejados sobre las nubes, por lo que el granizo tenía una tonalidad verde.
Si cae granizo, papa va a tener que quedarse los siguientes días en el trabajo.
Me dirijo hacia mi habitación, apagando la luz de la cocina. Me gusta deambular por la casa con las luces apagadas y las persianas abiertas. Llego a mi habitación, enciendo el reproductor de música y el CD de mama suena en toda mi habitación.
Ordeno mi habitación guardando la ropa en el armario, estirando las sábanas de la cama y acomodando los libros en las estanterías. Las paredes lilas de mi habitación están recubiertas de posters de bandas como The Beatles, Green Day, Oasis, Guns n roses, Måneskin, Queen, AC/DC, y muchas otras bandas que ya e dejado de escuchar o de las cuales solo me gustaron los posters. Algún día de estos quitaré todos estos posters, pero por ahora es mejor que se queden ahí.
Cuando termino con mi habitación procedo a darme una ducha, ponerme un pijama que Tessa me regalo para navidad el año pasado, que consiste en una remera manga larga con un dibujo de smoking y unos pantalones largos de la misma tela color negros.
Tomo un libro que tomé al azar de la biblioteca: la chica del parque. No es que sea muy atrayente que digamos, pero es corto y es del estilo de libros que me gustan.
Comienzo a leer y me pierdo en la historia. Me gustaría decir que esa misma noche me acabé el libro, pero el sonido de mi teléfono me distrajo a los 5 minutos que había comenzado a leer.
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Jace y Wendy
RomanceLa vida de Jace Traid era la que todo adolescente quería tener: buenas notas, social, autoestima alta, poseedor de una moto enviable y padres con mucho dinero que le regalaban a su hijo vacaciones de lujo en lugares soñados. Wendy Pierce no se hace...