Tessa
Sinceramente no sé qué me esperaba. Después de la advertencia de Jace estaba bastante nerviosa, quería creer que no era verdad que Cameron no es como pretende aparentar a las personas a su alrededor.
No quise notar el hecho de que el chico que me trae loca desde hace años estaba coqueteando con mi amiga en nuestra primera cita doble y quería ignorar su expresión de desilusión y enfado cuando hace unas horas le dije que Wendy no vendría.
Tenía que golpearme la cabeza contra la pared para darme cuenta de que en verdad no le intereso. Tenía que humillarme para hacerme entender que no vale la pena seguir con este enamoramiento.
Gorda Tess, ese fue el sobrenombre que me persiguió toda mi infancia. No fue hasta que una noche en un sueño vi a Cameron, con sus grandes ojos relucientes, él me tomaba la mejilla y me decía que me amaría sin importar el peso o el aspecto, que era perfecta tal y como soy.
Sabia perfectamente que era un sueño, pero a tan solo 10 años la esperanza de que algún día ese sueño se hiciese realidad me ayudo a encontrar las motivaciones justas para ya no darle importancia a los estúpidos apodos que me ponían, a quererme tal y como soy y a llevar una vida más alegre y positiva.
- ¿Cuándo vas a darte cuenta de que no me gustas?
Fue la pregunta que hizo que mi agitado corazón que latía a mil de puro amor, dejase de latir por un momento y expandiera un enorme dolor por mi pecho.
Entonces mi parte con poca dignidad, o la parte que Wendy detesta de mí, le preguntó.
- ¿Cómo puedo gustarte?
Nunca olvidare ese corto repaso.
Sus ojos moviéndose rápidamente de arriba a abajo y con la misma velocidad de abajo hacia arriba. Un examen superficial de mi apariencia externa que poco saca a la luz mi apariencia interna, como soy verdaderamente.
Con esos ojos que jamás había visto en él, o que jamás había querido notar, porque el veneno que el mismo corazón largaba mientras latía por él me segaba de sus imperfecciones y diabólicas acciones. De repente me di cuenta que su mirada fría nunca me observo verdaderamente, que su sonrisa es irónica, que su encanto es basura, que sus palabras carecen de conocimiento y que su andar fino en realidad es tan diabólico como los pasos del payazo IT.
Entonces me respondió:
- Con unos 100 kilos menos.
Mi sueño se calló tan rápido como mis ilusiones.
¿Quién me hizo creer que mi sueño se volvería realidad? ¿Quién me dijo que el chico del que estoy enamorada desde hace años me iba a aceptar tal y como soy?
Una lagrima cae sobre los fríos azulejos de las escaleras. Abandoné los tacones muchas cuadras atrás, mientras el sol se escondía detrás de los árboles, para dejar que la luna sea la protagonista del cielo junto a las estrellas.
Luna llena ¿Acaso a ella también la discriminan por no se delgada? No lo creo, los demás planetas son igual de esféricos, ellos no se discriminan por su peso.
<< Y porque son planetas >> imagino la voz de Wendy diciéndome eso mientras cruza los brazos debajo de su pecho. Rio levemente ante la imagen de mi mejor amiga en mi cabeza.
Termino de subir los escalones que me faltan y me acerco a la puerta de mi departamento. Meto las llaves en la cerradura y apenas abro la puerta el aroma a inciensos aromáticos y velas de limón entro por mis fosas nasales.
Casa.
Entro en el departamento y cierro la puerta a mis espaldas. Sonrío al escuchar música Jazz proveniente de la cocina. Mientras me acerco a dicha parte de la casa de a poco voy distinguiendo las voces.
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Jace y Wendy
RomanceLa vida de Jace Traid era la que todo adolescente quería tener: buenas notas, social, autoestima alta, poseedor de una moto enviable y padres con mucho dinero que le regalaban a su hijo vacaciones de lujo en lugares soñados. Wendy Pierce no se hace...