Capítulo 22- Un jardín con flores bicolores.

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Poco a poco la joven se fue recuperando: Sus heridas sanaron lentamente, al tiempo en el que algo dentro de ella surgía, un nuevo sentimiento.

Cierto chico bicolor la visitaba a diario, no por compromiso ni mucho menos pena, sino por el ansia de querer verla en cada momento y asegurarse de que se encontraba bien. Pasó de ser un chico solitario que no conocía la emoción de ver a alguien, a ser una persona que buscaba la más mínima escusa para ello. No podía no querer estar a su lado a cualquier segundo. No podía no extrañarla. No podía no quererla a su lado... 

Cada semana mejoraba un poco más en las flores que le llevaba a la chica. Para sorpresa para ambos, él mejoraba poco a poco los detalles que le daba cada semana. A la par en la que esto mejoraba, también había un avance en cuanto a su vida personal y la manera en que se habría con ella. 

Pasaba de no querer contarle a nadie sus problemas, a hablar un poco sobre sus memorias y experiencias en cuanto tenía la oportunidad. 

La tercer semana, él llego con unas tiernas flores de manzanilla tan delicadas como las manos de la joven que las recibía con inmensa alegría. Estas se encontraban atadas con un bello listón rosado que contrastaba en el blanco de sus pequeños pétalos.

Eran unos pétalos tan blancos como el lado derecho de su cabello y su corazón, puro y sin maldad en la que ahora albergaba la joven ___. 

La cuarta semana, le llevó pequeñas ramitas de árbol con hojas, para indicarle que el verano estaba acabando y el otoño llegaría pronto. Ella no estaba al tanto de las estaciones del clima, aunque realmente nunca le interesaron mucho; "Únicamente es otro tipo de clima." es lo que solía pensar, hasta que ese pequeño detalle se presentó frente a ella, que de una manera involuntaria pensó que sería lindo pasar las siguientes estaciones en aquel lugar; ver cómo poco a poco la nieve llegaba y en unos meses se derretía, dejando salir hermosas flores que después serían bañadas de agua en una batalla con pistolitas de juguete con sus amigos.

Calentaron su corazón, mientras sus manos analizaban cada pequeña zona de este pequeño y algo extraño regalo. Sin duda, la palabra cliché no se puede usar para describir los regalos de Todoroki, tan únicos como él.

La quinta semana, después de todo un mes de estar internada, la muchacha recibió un divino ramo de lavanda con un olor resplandeciente que inundó la habitación en cuestión de minutos. El delicioso y natural aroma hacía que la estancia fuera más que bella.

Era un aroma tan natural como las sonrisas que él esposaba en cuanto abrazaba a la joven. Nunca antes había recibido un aroma tan delicioso, no tenía nada que ver con los perfumes que su madre usaba. 

El joven pasaba tanto tiempo en la enfermería con la chica, que llegaba a su habitación con una hermosa esencia a lavanda, claramente proveniente de aquel ramo. Ni siquiera necesitaba usar perfume después de salir de dicha habitación.

La sexta semana fue algo divertido, pues a pesar de que el otoño estaba apunto de llegar y el verano apunto de terminar, una tormenta inesperada se presentó justo cuando el chico estaba en búsqueda de la flor o planta de aquella semana. Anduvo por doquier, pero no encontraba algo que quisiera llevarle a su amiga. Todas las flores que encontraba estaban empapadas y algo deformes por la lluvia. 

Sin embargo, encontró un tipo de flor que se mantenía de pie sin importar cuánta agua, cuánto sol o cuánto viento recibiera. Una flor que se mantenía brillando en toda estación del año, tal como la chica por la cual estaba buscando esas flores: A pesar de todas las veces que había caído en un pozo, logró salir de él. 

Compró tres de esas flores y se dirigió con rapidez adonde su amiga para evitar empaparse más con la tormenta que se comenzaba a presentar. 

Llegó en poco tiempo a la enfermería, y la joven se encontraba durmiendo, pues el sonido de la lluvia la había arrullado a tal punto de hundirse en sus sueños. El joven no quería dejarla, mas tampoco despertarla, por lo que decidió permanecer hasta que ésta terminara de dormir, en un asiento que se encontraba al lado de la cama. 

No fue tanto lo que tuvo que esperar él para que su amiga despertara. Después de diez minutos, un gran y sonoro bostezo se escuchó por toda la habitación en la que se encontraban. 

Se despertó sin percatarse de la presencia de su amigo en aquel lugar, por lo que al hacerlo, sufrió un pequeño susto que le hizo soltar un gritito de asombro. 

El susto se desvaneció de inmediato al verlo con aquel regalo, unas flores de plástico. 

Eran un tanto peculiares, pues no se asemejaban a ningún tipo de flor real. Tenían seis pétalos cada una. Una de ellas era color rosado, con un centro azul y hojas amarillas, la otra, contaba con pétalos morados y un muy lindo centro turquesa, y por último (y su favorita) unos pétalos blancos con un lindo centro rojo, quizás algo semejante a cierta persona. 

Le pareció un detalle magnífico, ya que, a diferencia de cómo desgraciadamente había sucedido con cada una de las flores que había recibido con anterioridad, estas no se marchitarían nunca ni atraerían las abejas que tanto le aterran desde que era una pequeña y una le picó en la punta de la nariz -- tuvo que respirar por la boca por un par de días, pues la hinchazón hacía imposible hacerlo por la nariz--. 

Y la última semana, el bello girasol. Con sus enormes pétalos amarillos y puntiagudos y su lindo gran centro café con pequeños piquitos. Un enorme tronco que estaba envuelto de papel plástico y un listón azul marino. 

Esta flor fue entregada también con una pequeña carta la cual el chico entregó con un rubor pequeño en el rostro y la chica recibió de la misma manera, como si se tratara de un virus que hacía que cualquiera que tocara dicho trozo de papel le hiciera sonrojar al instante. 

No quería leerla en ese momento, no sabría cómo reaccionar si dentro de esa carta viniera algo comprometedor. No sabría qué decir ni cómo actuar. Aunque, a decir verdad, el bicolor también esperaba que la carta fuera leída en otro momento, pues contenía palabras que no solía decir con normalidad. 

°°°

PNDUQKSJAAAA 

Volví. 

¿Me extrañaron? Quizás a mí no pero a Shotito sí, lo sé, lo sé. 

¿Qué les pareció este capítulo?

En fin. 

Estoy muy feliz de estar de vuelta con ustedes y el amor de mi vida, Shoto. 

No recordaba la felicidad que me daba el escribir. Me siento libre, capaz de diseñar y explicar cualquier tipo de cosa que se me venga a la mente. 

Mmmm, el año pasado dije que habría actualización de Halloween y ustedes quedaron con las ganas pq la vdd es que nunca lo subí. Este año QUIZÁS sí lo haga. Estoy trabajando en él, pero como tú y yo sabemos, Neratzu es capaz de dejarlo a la mitad. 

Bueno, me voy.<3

¡VOTA, POR FAVOR! Tus votos siempre me motivan a seguir escribiendo. 

- Neratzu (de vuelta)

Atrapada a tu lado [Todoroki x T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora