Capítulo 31 - Corazones marchitos.

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Habían pasado cuatro días desde que aquella decepción sucedió. Ninguno de los dos se atrevía a dirigirse la palabra después de lo que había sucedido en aquella colina. 

Después de que Todoroki abandonara el lugar en un camino de hielo, ___ se quedó con las rodillas y el corazón en el piso. Estaba hincada intentando comprender por qué había actuado de esa manera. Quería correr y alcanzarlo, pero sus piernas y ella estaban completamente derrumbadas. 

Estaba rota. Había probado el cielo y la habían tirado de nuevo al mundo real; estar con él era demasiado bueno para ser verdad. 

"¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? Que solo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños". Carlos Ruiz Zafón. 

Pero aquello no era un rasguño, era el corazón roto de una joven que había comenzado a soñar en que jamás tendría que vivir aquello alguna vez en su vida. Su corazón, que había dado flores llenas de color y aroma, ahora sólo era un frasco vacío con racimos podridos y residuos de hojas marrones. 

Cuando era hora de la comida, sus amigos se ponían de acuerdo para sentarlos juntos y se reconciliaran, pero esto nunca funcionó. Se sentían más distantes que nunca teniéndose a menos de medio metro de distancia. 

Tener al lado a alguien a quien amas te puede hacer sentir vivo, lleno de chispa y resplandor, o te puede hacer sufrir interiormente y querer huir corriendo si es que aquella persona no comparte tus sentimientos. Y eso era lo que ella quería, correr y huir, no solo de la mesa, sino del edificio entero. 

Lo extrañaba incluso cuando lo veía a diario en los dormitorios. Lo extrañaba incluso cuando sólo habían pasado cuatro días. Lo extrañaba incluso cuando tenía la posibilidad de hablarle. 

Cada rincón de su cuerpo quería tenerlo cerca nuevamente, abrazarlo y reposar su cabeza en su pecho. Y aquel sentimiento era correspondido. 

Él también quería estar con ella, quería abrazarla y decirle una y otra vez cuánto la amaba, incluso cuando de su boca sólo salieran incontables "Te amo". 

Pero la única manera de aprender a amar, es amando, y él nunca lo había hecho y eso era lo que le aterraba. Tenía miedo de confundir el sentimiento y hacerle perder el tiempo a la chica, pues su amistad ya la había perdido el día en el que abandonó aquella colina sin decirle nada. 

Una flor cortada tarda entre una a dos semanas en marchitarse, pero sus corazones se habían cortado esa tarde y se habían marchitado en tan sólo cuatro días. Dos corazones marchitos por la falta de amor, un suplemento vital para cada ser existencial. 

Todo lo que habían sido, ahora eran sólo memorias de sus risas, y lo único que ahora compartían era el sol que quemaba como su corazón en pleno día de primavera.

Atrapada a tu lado [Todoroki x T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora