✧ *:･ﾟ✧Llévame a un lugar sin nombre*:･ﾟ✧ *:･ﾟ✧
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El frío de Cronwell quema como las brasas de la fogata y cuando sus amigos se fueron por las vacaciones, se sintió aún más doloroso. Izuku se vio atrap...
A/N: Primero que nada, una advertencia, este capítulo contiene escenas explicitas de sexo chicoxchico bakudeku así que, si a este punto no te has enterado de que esto es un bl bakudeku, la verdad deberías checar esa comprensión lectora, amistad. Segundo, este capítulo lo recomiendo encarecidamente leer con la canción que se menciona en la narración de fondo, ya sea la versión original de la película "The lost boys" o el cover que hicieron CHVRCHES(aunque la original siempre es superior) dejaré ambos videos a continuación:
sin mencionar que super recomiendo la película de The Lost Boys también. Dicho esto, continuemos con las marranadas, CinderWitch fuera <3
14. Solo se vive una vez
¡Oh nene!, si pienso en ti Me pongo mala y ya no sé qué decir Y si cierro los ojos, sé Que oiré tu boca pedirlo otra vez
— Mónica Naranjo (Solo se vive una vez)
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Katsuki no mintió cuando decía que realmente lo haría tomar un baño caliente, aunque la sesión de besos se prolongó un rato más en la piscina. Después, el rubio tuvo el detalle de cargarlo hasta el baño en donde Izuku esperó pacientemente sentado en la tapa del inodoro mientras veía a Katsuki completamente desnudo preparar la tina para los dos.
La casa de la tía de Katsuki era tan excéntrica como solo la casa de una artista podría ser. Las paredes del baño estaban pintadas de negro y solo era iluminado por lámparas fluorescentes de color violeta.
— Perdón si esta porquería te marea, el baño de invitados no tiene tina. — Le había dicho Katsuki sobre su cuello. Ambos se habían acomodado en la bañera juntos, más para calentarse que para limpiarse en sí, así que Izuku estaba disfrutando del calor de Katsuki tras él.
— Está bien, aunque no sé cómo tu tía aguanta esta luz.
— El cuarto de invitados es el único lugar que no parece sacado de un viaje en ácidos... aunque también hay perras desnudas pintadas en las paredes.
— ¡Kacchan!
Izuku miró sus piernas, no podía ver a través del agua por las luces tan horribles y el jabón, aunque las rodillas de Katsuki, una a cada lado de las suyas, le recordaba que estaba precisamente en donde siempre quiso estar.
