20. No hace falta decirlo

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20. No hace falta decirlo

Y no hace falta decirlo, con tus ojos me basta

Con una simple mirada lo puedo entender

Franco de Vita (No hace falta decirlo)


Izuku

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Izuku

Necesito verte

Izuku

En diez minutos

Izuku

Baldío atrás de Foxhole



Katsuki miró su teléfono consternado, se supone que el fin de semana lo iban a ocupar para estudiar sin distraerse el uno con el otro. Él mismo había estado peleando contra el impulso de escribirle a su novio, decirle que lo quería, que lo extrañaba, solamente porque los idiotas de sus amigos lo hicieron sentirse culpable el día anterior.

Sin embargo, no declinaría esa invitación, porque seguramente Izuku estaría buscando despejar su mente después de estudiar todo el día. Dejó sus propios libros tal y como estaban en el escritorio, retomaría las lecciones cuando regresara, o quizá al día siguiente, lo que sea que Izuku quisiera hacer.

Las palabras de sus amigos seguían haciendo eco en su cabeza, odiaba tener que darle tantas vueltas a un asunto que, se supone, debía estar zanjado. Izuku debía recibir el mensaje y él lo logró interceptar, así que no debería haber sospecha que se encontraba en la bandeja de correos eliminados, porque se aseguró de que no apareciera.

Debía calmarse, vería a Izuku y entonces todo estaría bien.

Sus padres aún no llegaban, así que se fue en un silencio conocido, llenado solo por las llaves del auto. Foxhole no estaba muy lejos, tardaría unos quince minutos en llegar a pie, pero dependiendo de lo que Izuku quisiera hacer, podrían ir de nuevo a carretera.


Podía saborear los labios de su pequeño tonto.


La temperatura empezaba a subir en Cronwell, nada drástico, pero los días serían un poco más templados y agradables desde ahora en adelante. Faltaría muy poco para el verano, pensó que una buena parada en el viaje que haría con Izuku sería la playa, tardarían un par de días desde ahí. La camioneta que había comprado era bastante espaciosa, perfecta para la carretera, planeaba sacar los asientos de atrás y poner una colchoneta grande en su lugar para hacer sus noches más cómodas, aunque tampoco se cerraba a la idea de conseguir una tienda de campaña.

Un lugar sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora