Capítulo Veintitrés: Cumpleañera..

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No esperaba una disculpa de su parte, porque sabía que no era de ese tipo de mujeres. Y ni hablar del dolor de culo que había tenido por días, pero tampoco se lo dejé saber.

Y si pensaba irme, pero al final estoy aquí, en su casa y bajo su merced, me convencí a mi misma que era por el dinero, que debía de hacerlo.

No había ido a la biblioteca, ya que anteriormente me había ofrecido su despacho Selena y la verdad prefería estar aquí, que encontrarme algunos de mi compañeros de clase y que murmuraran al verme como siempre sola, lo que no contaba es que hoy también estaría en casa Selena.

Teníamos casi diez horas de estar juntas en la misma habitación sin dirigirnos la palabra, de vez en cuando algunas miradas y sonrisas de mi parte claro.

No me podía concentrar realmente en mis tareas porque cada vez que miraba para el frente me encontraba a una sensual Selena leyendo unas hojas de papel, con sus gafas y esa pluma golpeando su escritorio, su cabello ondulado  con un flequillo y ese vestido con ese escote pronunciado, que le sentaba de maravilla.

—¿Todo bien? — le pregunto curiosa.

Sube la mirada para verme —Si, cariño.

Sonreí — Está bien, cariño — trato de imitar su acento británico.

Sonríe de lado y se pone de pie, poco a poco se acerca a mí —¿Quieres un trago? — pregunta viéndome fijamente a los ojos.

Asiento — Si.

Me sonríe y acaricia mi mejilla —Hoy en particular, te ves muy bonita, el blanco te sienta muy bien — se da la media vuelta y se camina hacia afuera.

Creí que aquí en su despacho había de su whisky, ron o lo que sea que toma, así que busco con la mirada y noto que estaba vacío.

¿Con cuánta frecuencia bebe?, quizás lo hace todos los días.

—Regresé — anuncia y trae dos copas de vino.

Me pongo de pie para tomar una de las dos copas.

—Gracias — le agradezco y tomo un sorbo de la copa.

—¿Si? — pregunta viéndome de reojo.

Suspiro —No es por entrometerme pero, ¿bebes todos los días ? — pregunto viendo hacia el recipiente de cristal vacío con un poco de licor color marrón.

Sonríe —Todas las noches — responde indiferente.

Dejé la copa en la mesa de cristal —Entiendo.

Toma un sorbo de su copa y la deja en su escritorio, me llama con su dedo índice y yo le obedezco acercándome a ella.

Sus manos rodean mi cintura y la mía su cuello, acaricie su rostro y escondí mi rostro en el hueco entre su cuello y su hombro, aspirando su olor y su perfume.

—¿Alguna vez te has enamorado? — pregunté con mis ojos cerrados y mi cabeza pegada a su hombro.

Suspiro —No sé — pausa — ni siquiera sé lo que es el amor, nunca lo he entendido —responde acariciando mi espalda —¿ y tú, te has enamorado? — pregunta con voz suave.

Sonrío — Le preguntas a la menos indicada, no sé absolutamente nada del amor — ahora mismo me siento tan tranquila entre sus brazos.

Empiezo a dejar pequeños besos en su cuello y su mejilla —Lo único que sé — digo y relamí mis labios — es que la vida no es como la pintan en los libros — concluí.

Deja escapar el aire de sus pulmones —Paula — llama y me separo de su hombro para verla a los ojos, acaricia mi rostro y luego delinea mis labios con la yema de sus dedos — espero que cuando termine esto, no me odies — comenta y yo niego.

Amor Prohibido •| Selena Gomez |•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora