Amor Prohibido •| Selena Gomez |•

Capitulo Catorce: Decisión....

—¿En serio crees que es buena idea?

Fue la décima octava vez que me preguntó Abigail, estaba exasperada y me ponía cada vez más nerviosa.

—Ya por favor — le supliqué echando mi cabeza para atrás, mientras me dejaba caer en el sofá de su casa.

— Todo esto empezó porque querías dinero para la universidad, y para tu hermana y...— no termina la oración y la veo desafiante.

— No sé cómo explicártelo, ni siquiera yo entiendo — niego — solo sé que cuando ella me pide algo, me es imposible negarme.

Me mira con ternura y se sienta junto a mi, abrazándome — Eso es lo que me da miedo, eso es lo que no me gusta Paula.

Asiento, tampoco a mí — Solo va a ser por unos meses, después todo será olvidado — ni sé si trato de convencerla a ella o trato de convencerme a mí misma.

Asiente —¿Qué le vas a decir a tu hermana? — pregunta rompiendo el abrazo.

Suspiro — Solo le diré que me voy a mudar con mi novia, luego cuando llegue el tiempo, diré que no funcionó, no lo sé — no estaba segura de qué le iba a decir.

—Créeme que intento entenderte pero no puedo — niega.

Ni yo me entiendo, tampoco pretendo que me entiendas Abigail.

—Me dijo que me daría todo lo que le pidiera, y solamente quiero algo estable para mi hermana y mi madre, es todo, ¿sabes lo difícil que es para mi esta situación?, no lo soporto más — un nudo en mi garganta empezaba a impedirme que pudiese seguir hablando, no estaba preparada para hablar de esto.

Ni siquiera me había atrevido todo este tiempo a poner un pie en el hospital, solo porque tenía miedo, no me quería derrumbar.

Mi móvil timbró y de inmediato lo saque, no es que fuese grosera o algo parecido, es que no había ido a la universidad ni tampoco Abigail, es como si todo lo dejara en segundo plano cuando se trataba de ella.

"James me ha dicho que te ha esperado más de una hora.

¿Dónde estás?, ¿acaso te arrepentiste?"

Suspiré, cuando subí mi rostro me encontré con el rostro de Abigail, estaba expectante.

— Respóndele, pero piénsalo bien — fue todo lo que me dijo y se levantó del sofá — iré a preparar té.

Me mordí el labio inferior en indecisión.

Empecé a teclear.

"Estoy en mi departamento, amanecí un poco mal, sin contar la resaca y no quise ir, el vino no es mi mejor amigo"

Envíe y apague la pantalla, pero en cuestión de segundos se enciende, anunciando un mensaje nuevo.

"Tomaste mucho, ¿ya tomaste algo para el dolor de cabeza?, si te sientes indispuesta, lo podemos dejar para otro día, no hay prisa nena"

Sonreí, es tan paciente y comprensiva, ¿cómo podría pensar que me pudiera hacer daño?

"Si necesitas que vaya un médico a revisarte, solo dímelo, y te contacto con uno, y no te preocupes lo que sea que le digas se queda entre ustedes.

Solo déjame saber si sigues mejor"

¡Carajo, deja de ser tan dulce!

Empecé a escribir con una sonrisa que adornaba mi rostro.

"Muchas gracias, ¿por qué eres tan dulce?, ¿podría comerte?"

Envié sin borrar mi sonrisa.