Capítulo Treinta y dos: Playa...

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—Fue una lastima que tu amiga te cancelara en el último momento — niega.

—Lo importante es que vamos a ir a la playa — me removí en el asiento.

—Lástima que tenemos chaperones — mira a James y él solo sonríe.

—Lo siento señorita, pero ya conoce a su madre — le dice divertido.

—Me parece que tú lo disfrutas de más — responde sonriendo.

—Iremos a pasar el día, hay muchas cosas que hacer en la playa — le respondí — sin alcohol — obviamente no le iba a dar alcohol, no estaba dispuesta a sufrir la consecuencias.

—¡Los dos son unos aburridos! — se quejó cruzando los brazos.

—Yo adoro estar en una sola pieza — respondí sacando mi móvil.

Detuvo el automóvil — Pueden bajarse aquí, yo tengo que regresar a la casa, cuando terminen solo avísenme — asentí.

Nos bajamos y esperamos que James se marchara para caminar.

—¿Cómo te sientes? — le pregunté ya que miraba hacia los lados.

—El año pasado, estaba más concurrida que este año — sonreí.

— Venimos en la mañana, en la tarde es cuando hay más personas — le respondí caminando.

—¿Con cuántos hombres te has acostado? — pregunta de golpe, sorprendiéndome completamente, rió al notarlo — aunque con esa reacción creo que ninguno.

Negué —No entiendo qué hace una chica de tu edad, preguntando esas cosas, ¿que no tienes no sé algo con qué entretenerte?, no se por ejemplo esas bandas pop de chicos — negué.

Sonrió — Ni que me llevarás por mucho — respondió arqueando su ceja.

—¿Y para qué quieres saberlo? — pregunté mientras nos acercábamos a la playa.

Se encogió de hombros — Para comparar experiencias — suelta con naturalidad.

Y la miré sorprendida, si Selena supiera lo que anda haciendo su hija— ¿Tú madre lo sabe? — pregunté curiosa.

Sonrió de lado — ¿Crees que soy idiota? — me pregunta obvia — no quieres conocer a mi madre molesta, además es incómodo hablar de sexo con tu madre— niega con su cabeza.

Asiento — Tienes razón, seria muy incomodo — respondí dándole la razón.

Me mira curiosa — A ti te gustan las mujeres, ¿verdad? — negué tras volver a insistir sobre el tema.

Suspiré, es que eso ni yo misma lo sé, solamente sé que me gusta una —Creo — contesté sincera.

Me mira divertida pero no respondió, y yo sinceramente lo agradecía, ya que no quería hablar del tema y menos con ella que es la hija de la mujer que me hace sentir deseo.

Pensé que sería complicado compartir tiempo con Gabrielle, pero fue todo lo contrario, nadamos juntas, tomamos el sol y hablábamos de todo, tanto que ya nos habíamos intercambiado el número de teléfono para hablarnos por WhatsApp cuando ella regresara a Inglaterra. Alquile unas bicicletas para pasear con ella por la playa mientras nos tomábamos unas Piña colada, sabía que luego podría tener problemas con Selena, pero me agradaba convivir con alguien como ella, tan desinteresada y ocurrente.

—Tengo hambre — se tocó su estómago —¿no te parece que es hora de comer? — pregunta frunciendo el ceño por el sol.

Asentí — Si — relamí mis labios — ¿dónde quieres ir? — pregunté

Amor Prohibido •| Selena Gomez |•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora