Capítulo 2.

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El lunes por la mañana, Harry llamó a la puerta de la oficina de Gemma.

-Entre.

Entrar en un despacho académico le trajo agradables recuerdos de su oficina en la Universidad de Nueva York.

- ¿Oye, tienes un minuto?

Gemma se quitó sus pequeñas gafas de lectura y las posó en el escritorio.

-Por supuesto ¿qué te ocurre?

Tomando asiento delante del escritorio de su hermana, Harry miró alrededor.

-Sólo me preguntaba si el Departamento tendría plazas. Necesito algo para mantenerme ocupado.

Pasando sus dedos por su pelo, Gemma se recostó en su sillón.

-No estoy segura. Puedo entrar y preguntar a Logan, él es el Jefe de Departamento.

Gemma se puso de pie y caminó hasta la puerta de comunicación de las oficinas. Llamó antes de entrar y luego cerró la puerta detrás de ella.

Harry aprovechó la oportunidad de echar un vistazo alrededor. Se puso de pie y se acercó a la librería, mirando si su hermana tenía algo nuevo. Después, estudió los artículos en la pequeña vitrina que Gemma había colocado en la esquina del despacho. Mirar los artefactos antiguos le trajo de nuevo los recuerdos de Grecia, que amenazaban con abrumarlo.

-Caray, tienes que acabar con esto -se dijo a sí mismo.

Sabía que no podía dejar el trabajo que amaba sólo porque todo lo que veía le recordara a Grecia y por lo tanto a Nick.

-Harry -dijo Gemma su nombre desde la entrada de la oficina de Logan-, ¿Quisieras entrar y conocer al doctor Phillips?

Harry asintió y fue a su lado. El hombre que estaba de pie detrás del escritorio no era definitivamente lo que esperaba. A pesar del pelo gris acero, Logan no parecía tener más allá de los cuarenta y tantos. Su cuerpo era alto nervudo y bronceado por el sol, Logan estaba muy bien.

Harry ofreció su mano, y miró a los ojos azul cobalto de Logan.

-Encantado de conocerle, doctor Phillips.

-Lo mismo digo y llámame Logan.

Harry quedó impresionado por el firme apretón. Era evidente que eran unas manos de arqueólogo, pero no de uno de esos tipos mojigatos que se sentaban bajo el toldo de la tienda de campaña y ladraban órdenes. Esto impresionó a Harry incluso más que su buena apariencia.

-He oído que acaba de volver de Egipto -dijo Harry, tomando la silla que le ofreció.

-Sí, he pasado una maravillosa temporada. Tu hermana me ha dicho que haces la mayor parte de tu trabajo en Grecia.

En vez de sentarse detrás de su escritorio, Logan se acomodó en la silla al lado de Harry, quién miró hacia Gemma, preguntándose lo que le habría contado a Logan. Gemma sonrió e hizo señas hacia la puerta.

-Tengo que preparar una clase. Los dejaré solos para hablar.

Gemma le guiñó el ojo y se marchó.

¿Qué demonios era esto? Él devolvió su atención a Logan. No estaba seguro como contestar su pregunta acerca de Grecia, pero si iba a pedir un trabajo sentía que tenía que ser sincero.

-He hecho bastantes excavaciones allí, pero ¿puedo ser sincero contigo? -ante la sonrisa y asentimiento de Logan, él continuó-. No he estado en una excavación real desde hace bastantes años. Sin embargo, mi familia no lo sabe. He estado pasando mis vacaciones escolares allí por otra razón. Yo... ah... estuve ayudando a un amigo durante una enfermedad bastante larga.

My Name is on the Fireplace (L.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora