27. Amnesia autoinducida

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Marchaba de regreso a casa con una sola idea en mente, a tomar por culo lo que Luzu podía querer o no, las palabras de la doctora danzaban en su cabeza.

—No es una maldición, es una enfermedad— Reborn le había expresado que su primera sospecha es que fuera producto de una maldición, algo como lo ocurrido con Auron, pero no fue así —está en la lista de enfermedades extremadamente raras de orden psicosomático que pueden tener efecto en ustedes, los héroes— le explicó lo que ya sabía, que los elegidos por los Dioses no recibían daños permanentes, no sufrían dolencias crónicas ni morían realmente a menos que los Dioses lo decidieran o permitieran —Pero hay unas cuantas excepciones a la regla, esta es una de ellas...—.

Le dijo uno a uno todos los síntomas, los ojos tenían un brillo inusual, como si reflejaran glitter. Lo que él malinterpretó como nostalgia o ilusión en los ojos del castaño era esto, recordaba mientras apretaba el paso con las manos en puño.

—Se llama "Star-tear disease" — ahora podía darle nombre a aquel horror.

Luego comenzaban las lágrimas, éstas, aunque de apariencia agradable e incluso atrayente y llamativa por su sonido tintineante, provocaban un dolor punzante.

Comenzaba con picor, luego era como tener directamente vidrio molido en los ojos.

—No es nada agradable, como se podrá imaginar— decía la pelirroja pasando las páginas amarillentas y frágiles de un llamativo libro de aspecto antiguo que Reborn no había visto antes en su despacho.

La doctora casi acariciaba las páginas, pasando por una imagen de un rostro con la piel gris y muerta, unas costillas albergando un montón de flores en lugar de pulmones, una imagen de La Parca con el cráneo rojo, hasta llegar a la imagen de una persona de ojos vacíos de los cuales brotaban lágrimas en forma de estrella mientras parecía estrujarse el pecho con ambas manos.

El héroe no podía más que coincidir con que eso de los vidrios era una putada. Pensó que el lógico indicio que venía a continuación era sangrado, lo cual lo reconfortó al pensar que no había visto sangrar a Luzu, pero en realidad seguía el daltonismo, si seguía avanzando continuaba con la pérdida de la vista.

¿Me estás tomando el pelo?

—Es por ello que es peligrosa, por lo general el afectado no busca ayuda, y aunque vaya con un médico regular no obtiene respuestas, si ataca ambos ojos no hay más qué hacer, si solo ataca uno puede considerarse afortunado, si posteriormente sucede con el otro ojo la mayoría se han dado por vencidos y lo dejan avanzar o tratan de pararlo por sus propios medios—.

La seriedad de la doctora le perturbó y quería salir corriendo a por el castaño, pero tenía que escuchar lo que faltaba.

—No puede ser curada ni expulsada, solo controlada, y esto último depende por completo del portador, por esto se cree que la última de las consecuencias, la amnesia, puede ser autoinducida—.

Stars like Diamonds in your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora