37. Espacio en mi corazón

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Luzu cerró los ojos con fuerza al sentir que Reborn lo halaba hacia él, seguro lo había cabreado, seguro le daría un cabezazo por lo menos.

¿Pero qué esperaba? El castaño comprendía que el más alto no pudiera corresponder sus sentimientos, pero como si no fuera suficiente con esa enfermedad de porquería aparte tenía que soportar que se mofara de lo que sentía. Deseó haber sido mejor ocultándolo. Esperaba sentir en microsegundos el impacto, pero no llegó, al menos no como él esperaba.

Abrió los ojos desmesuradamente ante la sensación de unos labios uniéndose a los suyos, eso y una barba de días que parecía increíble que el pulcro Reborn no tuviera bajo control.

Al instante sintió que sus muñecas estaban libres así que usó sus manos para empujar el pecho del otro, en cuanto se separaron soltó un jadeo desesperado.

—¿Pero qué...?— como acto reflejo palpó su recién liberada boca.

—Como que "pero qué"— el de cabello oscuro casi se arrepiente de lo que hizo cuando oyó los tintineos y vio los destellos saliendo de ambos ojos de su rostro de cervatillo —Es lo que hay, pero nunca te detuviste a preguntarme mi opinión—.

La cara del otro era un poema, trataba de controlar su atribulada mente mientras movía los brazos como queriendo capturar el aire que le faltaba.

—Are you serious?— llevó sus manos a su pecho estrujándose la sudadera

—Yo siempre voy en serio— se acercó a Luzu, quien había bajado la vista al suelo —Así que...hagámoslo bien— se paró frente al castaño y se aclaró la garganta —Luzu, no sé mucho de estas cosas, por lo que es posible que no pueda transmitir esto correctamente— a cada palabra que decía tomaba más confianza, mientras que el castaño abría cada vez más los ojos y su rostro se teñía (aún más) de carmín —Pero este sentimiento es real y quiero decirte como me siento de la forma más honesta posible...— Reborn tomó una de las manos de Luzu mientras posaba la otra en la mejilla del castaño, a tientas, como esperando confirmación de que no estaba siendo invasivo —Si estuviera en mis manos eliminaría todo lo malo de tu pasado, pero como no me es posible solo te puedo ofrecer ser tu espada y escudo contra todo daño de ahora en adelante y la rosa de los vientos que te ayude a guiarte...—.

El castaño cerró los ojos mordiéndose los labios, recargándose en la mano del mayor, como si hubiera esperado ese contacto por mucho tiempo y ahora esa caricia le resultara casi un alivio físico.

—Lo único que te pido es que pelees, que sigas adelante, el tú que no se da por vencido, que se da un tiempo para respirar y luego se levanta, que es gentil a la vez que aguerrido, ese es el tipo de hombre que se ha hecho un espacio en mi corazón—.

Luzu abrió los ojos de par en par para ver a su interlocutor.

—Eres la persona de quien me he enamorado— apenas terminó de decir aquello el castaño entrecerró los ojos, respirando hondo para luego, sin previo aviso, lanzarse en un abrazo al más alto, quien al estar desprevenido terminó cayendo de culo al suelo.

Stars like Diamonds in your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora