Stars like Diamonds in your eyes

23. Wither

Reborn había tratado que su forma de observar al castaño fuera sutil, aunque no sabía si estaba siendo exitoso, en los últimos días Auron había pasado más días por ahí, finalmente se había decidido a dejar de ser un gorrón aquí y allá, en esos momentos estaba terminando su casa.

Luzu se ofreció a ayudar, cómo no.

Los tres trabajaban y Reborn hacía las paces con la idea de que no podía resentir a ninguno de los dos, ni al cabrón de su amigo por haber conocido al otro primero, ni al cervatillo por no corresponder sentimientos que ni siquiera estaban hablados, así que se limitaría a pasar un buen rato con ambos.

Pero aunque bromeaba, reía y soltaba estupideces, tratando de disfrutar el tiempo con Auron dado que no sabía cuándo iba a desaparecer de nueva cuenta, se había dedicado a observar al castaño pues notaba algo diferente en su ojo bueno, un brillo distinto ¿estaba entusiasmado con la prolongada estadía del otro? Eso debía ser.

También se pusieron a tontear un poco en los alrededores, haciendo "trolleitos", pero siempre al final del día Luzu parecía abatido e inclusive culpable o arrepentido de las cosas que hacían

—Si no te gusta ¿por qué lo haces?— el otro se encogía de hombros.

—Puede que suene raro, pero hay cosas que he olvidado y esto despierta destellos de momentos que pensé que había perdido de forma definitiva— estuvo a punto de preguntarle a qué jodidos se refería con eso, pero fue interrumpido por el capullo de Auron a quien se le había ocurrido la brillante idea de soltar un wither en campo abierto y venía hacia ellos.

¿Era literal lo que decía Luzu?

Cuando vencieron a la criatura estaban agitados, Reborn estaba cabreado, pero los otros dos reían como chiquillos.

—Shieeeeet, ya una vez hice lo mismo con Alex y Fargan, pero fue en...— el castaño frunció el ceño, como tratando recordar

—¡En mi casa! ¡En mi puta casa! ¿Puedes creerlo abuelo?— Auron reía después de su falsa indignación, pero la atención de Reborn se desvió a Luzu, cuya mirada se había quedado perdida en algún punto del espacio.

El del mechón de lava comenzó a parlotear sobre anécdotas de él y Reborn mientras, de manera contradictoria, el ojo del castaño de ensombrecía un poco a la vez que parecía brillar de forma tan bella como ominosa.