JiMin es un lindo omega que fue injustamente desalojado de su hogar por su propia madre.
Yoongi es un alfa que trabaja medio tiempo como mesero como pasatiempo.
Dos caminos totalmente diferentes, pero ¿Qué pasaría cuando estos dos personajes se cr...
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Habían pasado menos de 10 minutos cuando la enfermera Moon irrumpió dentro de la habitación para llevarse a JiMin y que el doctor Kim le realizara su ultrasonido.
Para Yoongi fue fácil mantenerse tranquilo durante los primeros 5 minutos dentro de la habitación, esperando pacientemente por el regreso de su omega. Pero después de esos 5 minutos, comenzó a sentirse inquieto sin razón aparente.
Como si su cuerpo le estuviera informando sobre algo, logrando afectar de igual manera a su lobito.
Suspiró tembloroso por el extraño comportamiento que estaba adaptando tanto su cuerpo como su lobo, provocando que sus manos comenzaran a sudar. La extraña sensación comenzó a incomodarle a pasos agigantados que hasta la simple tarea de respirar le comenzaba a ser algo difícil de hacer.
Sintiéndose sofocado, se levantó de la cama e inició a caminar de esquina a esquina, mordiendo sus uñas en un acto inconsciente.
Su vista, olfato y oído se agudizaron de un momento a otro, manteniéndolo en un estado de alerta.
Nuestro omega está bien.
Él está bien...
Trato de convencerse, pero sus palabras no parecían surtir efecto alguno, la necesidad que sentía por querer ir a asegurarse por sí mismo que nada malo sucedía y que su lindo omega se encontraba sano y salvo le era casi imposible de retener.
Sabía que no había razón alguna para que se sintiera así. Él solo había ido a realizarse un ultrasonido, no existía amenaza que fuese a hacerle daño, además, estaban dentro de un hospital y nada malo podría pasar ya que era un lugar seguro, ¿Cierto?
En otro intento por querer distraerse, sacó su teléfono de su bolsillo y lo encendió dispuesto a escribirle un mensaje a su mejor amigo para arreglar sus diferencias. Pero antes de poder tan siquiera escribir una palabra, la puerta fue abierta con brusquedad asustándolo de sobremanera.
—Pero qué carajos. —Con su ceño fruncido, miró el rostro sudado de la enfermera Moon. —¿Acaso no sabe que tiene que tocar la puerta? —La respiración irregular de la alfa fue su respuesta. Fastidiado por la presencia de la enfermera, observó detrás de ella en busca de su omega, dándose cuenta de que venía sola. —¿Y JiMin?, ¿Dónde está mi omega?
—Joven Min. —Llamó con la voz entrecortada, tratando de normalizar su respiración. —Necesito... Necesito que venga conmigo. —Pareció suplicar.
—¿Sucedió algo? —Interrogó de inmediato. —¿Le pasó algo a JiMin? —De tan solo imaginar que algo malo le había sucedido a su futuro omega fue suficiente motivo para dejar emerger a su alfa y que sus ojos cambiaran a un color rojizo.
Su lobo había tomado el control, dispuesto a ir él mismo en busca de su pareja predestinada.
—Por favor, joven Min. Si no viene conmigo, el doctor Kim terminará lastimando a su omega.
