❦ Alfa ❦

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—¿Qué es lo que quieres decir? —Cada vez se hallaba más confundido

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—¿Qué es lo que quieres decir? —Cada vez se hallaba más confundido.

Sus manos comenzaron a sudar con anticipación, temeroso por la reacción que tendría el omega.

Suspiró antes de conectar su mirada con la contraria, armándose de valor para poder hablar. — A lo que se quiso referir el doctor Kim es que tú, Park JiMin, eres mi predestinado. Eres en omega con el que la Diosa Luna me ha emparejado y mi otra mitad a la que he estado esperando todo este tiempo.

>>Por favor, omega, no nos alejes de ti. —Suplicó su lobo en cuando no recibió una contestación inmediata.

—Sé que esto debe de ser algo inesperado para ti, por eso mismo quería esperar a que te recuperaras antes de poder dar el primer paso.

—Estúpido doctor de mierda.

—Sólo quería poder acercarme a ti y conocerte... —Finalizó, observando con atención la expresión atónica de su omega.

El silencio perduró por unos segundos, en donde el omega trataba de asimilar la noticia y el alfa reprimía sus ganas de tirarse al suelo y ponerse a llorar por no recibir respuesta alguna.

—¿Tú eres mi alfa? —Cuestionó instantes después, mirando al mayor directamente a los ojos con un deje de timidez.

Su lobo no dejaba de aullar lleno de alegría y de repetir una y otra vez: ¡Alfa! ¡Alfa! ¡Él es nuestro alfa!

—Lo soy. —Respondió, seguro de sus palabras.

—¿Fue por eso por lo que me ayudaste? —Interrogó después de que varios pensamientos llenos de inseguridad inundaron su mente, si no hubiera sido su omega, ¿Lo habría ayudado?

—No. — Negó de inmediato. —Cuando te vi sólo pensé en que debía de ayudarte, cuando me acerqué a ti y pude oler tu aroma fue cuando me di cuenta de que eres mi predestinado.

—¿Sabes...?, ¿Sabes que cargó a un cachorro en mi vientre?

>>Claro que lo sabe, si el doctor lo mencionó minutos antes de que nos dejaran solos.

—Lo sé. Cuando te traje y me avisaron de tu estado me dijeron que te encuentras en cinta. —Informó con calma.

Con dificultad, el menor logró cuestionar. —¿Y aun así te quedaste?

—Claro, no podía dejarte aquí solo. —En ningún momento dejó de brindarle una cálida y pequeña sonrisa.

—¿Y no te molesta? —Tenía que admitir que su cuerpo temblaba temeroso por la futura respuesta.

—¿Qué?, ¿El que te encuentres en estado? —Un asentimiento fue su respuesta. —¿Tendría que molestarme?

—Yo... No lo sé. —Todavía estaba en trance ante la inesperada noticia de haber encontrado a su destinado con su situación actual.

❦ʜᴇʟᴘ ᴍᴇ❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora