JiMin es un lindo omega que fue injustamente desalojado de su hogar por su propia madre.
Yoongi es un alfa que trabaja medio tiempo como mesero como pasatiempo.
Dos caminos totalmente diferentes, pero ¿Qué pasaría cuando estos dos personajes se cr...
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El aroma de manzana y miel junto con el aroma de licor y frutos de bosque danzaban a su alrededor en el aire, combinándose con lentitud e impregnándose en sus cuerpos, creando una atmósfera llena de calidez y confortación.
Murmurándose palabras cargadas de orgullo, apoyo incondicional y profundo agradecimiento, no dieron paso alguno para el silencio.
Las lágrimas poco a poco dejaron de fluir y el rastro que fue dejado en sus mofletes había sido borrado por las mismas manos gentiles que le arrullaban y consolaban con cariño.
La cercanía entre sus cuerpos se había dado de forma natural e inconsciente, estando de un momento a otro en el regazo del alfa, con su rostro cerca del contrario. Y debido a la repentina cercanía entre sus rostros, resultó un tierno e inocente beso esquimal que les sacó una sonrisita enamorada a ambos por igual.
—¿Y?, ¿Qué es lo que quieres hacer, mi omega? —Su mirada siempre se encontraba clavada en el hermoso rostro del menor. —¿Te dejarías revisar por un ginecólogo? Prometo que, si aceptas, saliendo de aquí iremos a comprar lo que tú quieras cenar, sin importar que sea algo hecho o que tengamos que preparar en casa. Hoy te complaceré y consentiré hasta que te hartes de mis cariños, precioso.
He ahí, otro lindo apodo que le provocaba cosquillas en su estómago y le hacía caer lentamente por aquel alfa de mirada felina y sonrisa de gomita.
Después de todo, él todavía no podía procesar que la diosa luna le mandara como alfa a alguien tan dulce y complaciente como lo es ese amable chico de piel pálida, ojos gatunos y sonrisa tierna.
No después de todo lo ocurrido.
—¿Y?, ¿Qué dices?, ¿Aceptas? —Un asentimiento bobo fue su silenciosa respuesta. —Ese es mi chico. —Las caricias en su cuero cabelludo fue su placentera recompensa.
Después de su mutuo acuerdo, volvieron a sumergirse en la calidez brindada por sus aromas mezclados. Dejándose llevar por las sensaciones del instante.
>>¿En serio vamos a dejar que alguien revise? —Cuestionó Minnie intrigado.
>>Es lo que nuestro alfa quiere.
>>Pero si lo hacen, ellos sabrán la verdad.
>>Lo sé, lobito. Pero si tampoco aprovechamos esta oportunidad, yo nunca seré capaz de decirle a nuestro alfa lo que nos sucedió y no siempre podré aguantar el dolor que nos ataca. Él está pidiendo nuestro consentimiento para hacer las cosas y no nos está obligando a hacer algo que no queramos, eso me gusta de él. Él nos esta ofreciendo seguridad y protección. Nos esta dando lo que siempre hemos querido de un alfa.
>>Nuestro alfa es el mejor. —Expresó su lobo emocionado.
>>Lo es. —Concordó sin problema, sin embargo, expresó su más reciente temor. —Minnie, nuestro alfa es alguien que hace muchas promesas, nos ha prometido tanto en tan poco tiempo que me da miedo de que un día nos abandone por alguien mejor y mucho más bonito que nosotros... —Su inseguridad se transmitió en su máximo esplendor a través de sus pensamientos.
