❦ Nuevo hogar ❦

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El taxi se detuvo después de una corta trayectoria delante de una hermosa casa de dos pisos

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El taxi se detuvo después de una corta trayectoria delante de una hermosa casa de dos pisos. Con ayuda de su alfa, JiMin bajó del vehículo y una vez fuera, se acercó a admirar la casa de cerca.

Al ser de noche, no pudo distinguir los colores o detalles con los que contaba, por ello esperaba con ansias que amaneciera y así, poder apreciarla.

Sonrió con emoción cuando su mano fue tomada por el mayor y se acercó a su oreja para susurrarle con una complicidad placentera:

—Este va a ser tu nuevo hogar.

Le fue imposible retener el vergonzoso ronroneo que salió de su garganta. Su lobito se sentía completamente complacido por las palabras dichas por Yoongi.

—Entremos, no quiero que enfermes. —Le susurró, depositando un corto beso en la zona, dejando al omega con una placentera sensación recorriendo todo su cuerpo.

Una vez enfrente de la puerta de entrada, Yoongi se vio en la obligación de soltar la mano de JiMin para poder ingresar la contraseña de seguridad.

En cuando un pitido se dejó escuchar, la puerta fue abierta y aplicando un poco de fuerza la empujó para abrirla en su totalidad, su mirada se dirigió a su omega quien observaba cada uno de sus movimientos en completo silencio detrás de él.

Sonriendo enternecido, volvió a tomar la mano del menor y lo adentró a la casa, siendo la sala el primer lugar en estar a la vista. Las luces automáticas se encendieron ante su presencia. Apresurado, se agachó a tomar dos pares de pantuflas grises del zapatero de su lado y colocar un par en frente de JiMin y los otros delante suyo.

Una vez con las pantuflas puestas, JiMin inspeccionó con timidez la primera zona de la casa.

La sala contaba con algunos muebles colores neutros, tres sillones –uno de tres plazas y dos de dos plazas– de color gris oscuro se dejaban ver ordenados en forma C con una mesa en el espacio de en medio; siendo los sillones de dos plazas los que se encontraban a los lados y el sillón de tres plazas el que quedaban entre los otros dos. Enfrente de este último sillón, a unos pocos metros se hallaba una pantalla de plasma de tamaño considerado. Y al fondo –pasando la sala–, se visualizaban dos puertas de color blanco.

Su mano fue halada con delicadeza a la puerta con dirección recta. Siendo ésta el comedor, mismo que se encontraba dividido por una hermosa barra de piedra gris separando el comedor de la cocina.

Dejando la bolsa de comida sobre la barra, se apresuró en prender las luces manualmente, desactivando temporalmente las automáticas.

—Ve a sentarte, iré por un suéter para ti y después calentaré la comida. Puedes sentarte en la barra o en el comedor.

Sin esperar respuesta alguna, Yoongi se dirigió piso arriba, sintiéndose ansioso por tener a su pareja tan desabrigada por tanto tiempo. Una vez tuvo entre sus manos un suéter de lana delgado, volvió piso abajo y en el camino, se acercó al sistema de calefacción y aumentó un poco la temperatura.

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⏰ Última actualización: Sep 07 ⏰

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