JiMin es un lindo omega que fue injustamente desalojado de su hogar por su propia madre.
Yoongi es un alfa que trabaja medio tiempo como mesero como pasatiempo.
Dos caminos totalmente diferentes, pero ¿Qué pasaría cuando estos dos personajes se cr...
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—Su omega... Él está en cinta.
Por un segundo, todo su mundo pareció haberse detenido.
Todo su alrededor comenzó a tornarse lejano, todo ruido dejó de oírse quedando en completo silencio, totalmente en blanco.
Su lobo aulló preocupado, pero principalmente enojado.
Saber que su predestinado se hallaba en tan mal estado lo enfureció al grado de que tanto él como su lobo sintieron una descarga de furia y adrenalina recorrer todo su cuerpo de punta a punta.
No obstante, le tomó un par de segundos más para poder recibir toda la información completa. Siendo un golpe duro de la cruda realidad lo que le paralizó cualquier emoción y movimiento. Todo rastro de enojo se esfumó dejándolo en un estado de shock.
Escuchar que su chico, que su dulce omega, se encontraba embarazado de alguien más era algo que no cruzó por sus pensamientos en algún momento.
El doctor esperó pacientemente por su reacción, al solo notarlo con la mirada perdida y sin emitir palabra alguna; hizo una pequeña venia y se retiró en completo silencio. Dirigiéndose a una enfermera en específico para ordenarle que estuviera atenta a lo que el joven alfa pidiera u ordenara, recalcándole que si el chico pálido decidía marcharse no lo detuviera por ningún motivo.
Por su parte, su trabajo ya estaba hecho. Había revisado y atendido al omega, y avisó sobre el estado actual de su paciente a quien correspondía.
Ahora todo dependía de lo que el joven alfa decidiera, nada lo ataba a aquel chico más que un lazo invisible que no estaba reforzado por una marca.
Desorientado, Min se dejó caer en la incómoda silla de la sala de espera.
Tomó su cabello entre sus manos y lo jaló sin mucha fuerza, y su lobo, se dejó caer al suelo en una posición fetal. Ninguno de los dos sabía cómo actuar o reaccionar ante la inesperada noticia.
—Hey, Yoongi ¿Estás bien amigo? —Expresó preocupado Hoseok, él al igual que su mejor amigo se encontraba impresionado ante todo lo sucedido en tan poco tiempo. Yoongi asintió con un breve movimiento de cabeza, sin saber cómo poder expresar todo lo que estaba sintiendo en ese momento. —Creo que lo mejor será que nos marchemos, no tenemos nada que hacer aquí. —Cada palabra fue expulsada con suma delicadeza y cuidado, no queriendo alterar al otro alfa. —Además, ya es tarde y tienes que ir a descansar.
Yoongi exhaló despacio, dando una rápida mirada a su alrededor antes de fijar su mirada en el peli rojo. —Yo me quedaré aquí Hoseok. —Una sutil y triste sonrisa adornó su rostro. —No dejaré a mi predestinado solo.
El menor arrugó su entrecejo inconforme con la respuesta que se le fue dada. —Yoongi, amigo, debes de comprender que ese chico posiblemente ya tiene un alfa en casa y tú mismo acabas de escuchar que se encuentra esperando un cachorro de alguien más.
