Eran las tres de la mañana del domingo y debía descansar bien para regresar a Londres al día siguiente muy temprano, pero los llantos se escuchaban en todo el lugar. Sirius Black, el casanova e hijo rebelde de una de las familias más importantes de Europa había llegado hacia unas horas y no dejaba de gritar dificultando el inicio del procedimiento. Lo había solicitado uno de los bioquímicos más respetable, pero el hombre era simplemente indomable. Le habían hecho el habitual seguimiento y había costado mucho la extracción. Normalmente los paciente se asustaban y se cerraban como autodefensa, facilitando la manipulación de sus mentes. Sin embargo Sirius parecía dispuesto a defenderse con dientes y uñas. Pero él era experto en doblegar voluntades
Entró a la habitación y vio a los enfermeros luchando por controlar al hombre, pero era una tarea titánica para esos incompetentes, mientras Sirius lanzaba todos los insultos que conocía y otros que inventaba en el camino. Definitivamente debía ser por la vía cruel o no lo lograrían
- Sujétenlo bien a la cama – ordeno desvistiéndose y acercándose al ropero para sacar un objeto
- ¡Shuentenme desgashados! – gritaba Black forceando – ¡dos vo a mata! ¡Shuentenme!
- Tranquilo cariño – dijo el médico – ya verás lo mucho que te va gustar
- ¡Ño me toque! – gritaba – ¡Ño quedo!
- Amor no creo que sea... – dijo un rubio entrando
- Trae la dosis que le corresponde – ordeno el medico subiendo a la cama y acomodándose entre las pierna flexionadas del heredero Black – inyéctalo – ordeno mientras le introducía un dildo grande y el hombre gritaba desgarradoramente mientras sus lágrimas caían y el intentaba zafarse – ya paso cielo – dijo el médico repartiendo besos por su rostro – tranquilo. En unos días llegara papá y ya no dolerá. Tranquilo - lentamente el somnífero hizo efecto en Black y lo fueron soltando – eso bebe. Tranquilo. Yo te voy a cuidar - y lentamente le colocó un chupón entre los labios – vístanlo. Seguirá siendo niño. Cuando despierte lo depilan, no le saquen el dildo para nada. Bueno, saben de sobra su trabajo
- Promete ser más suave con nuestro hijo – dijo el rubio viendo levantarse a su pareja de la cama
- ¿quieres hacerlo tú? – le pregunto el moreno abrazándolo por la cintura
- Me hace mucha ilusión pero no lo había querido decir
- Esta decido – dijo el médico – tú en persona te encargaras de nuestro pequeño
- Quiero una niña – protesto el rubio
- Lo que te haga feliz
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Corría por el bosque todo lo que sus piernas pero la cabeza le daba vuelta por lo que intentaba agarrarse de los arboles ¿Qué había pasado? ¿Quiénes eran esos tipos? ¿Por qué la querían a ella?
- ¡Te dije que le echaras más droga en él te! – reprochaba el hombre
- Ya deja de fastidiar y agárrala – ordeno la mujer – quiero irme
- No es mi culpa que haya despertado antes – replico el hombre
- ¿Quién debía drogarla? – siseo la mujer
- Fleur – dijo el hombre acercándose – tranquila mi niña. Soy yo el tío Goyle. Vamos a casa. Tu nueva mamá se muere por hacerte tu primer cambio de pañal
- Aléjese de mi – grito la chica con un fuerte acento francés
- Ya basta niña estúpida – dijo Bella dándole una bofetada tan fuerte que al caer hacia atrás perdió el sentido
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Fábrica De Bebés
Fiksi Penggemar- ¿po que mama? - pregunto Ron - ¿Po que eshto quí? - Porque mereces tener una segunda oportunidad - dijo el hombre - un padre que de verdad te cuide. Te proteja. Te amé. ¡No un como el imbécil de Arthur, que solo ve en ti una tarjeta de crédito ili...