Capítulo 6

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El recuerdo del fin de semana pasado aún permanecía en la cabeza de Louis, le era imposible olvidar cada sensación, miradas y sonrisas robadas. Por primera vez se había sentido libre y lleno de vida, es como si toda su vida hubiera estado cubierta con un manto negro y, cuando llegó Harry dibujó estrellas brillantes en el.

Había pasado toda su semana con una sonrisa imposible de arrebatarle, y tal vez no se lo mencionó a nadie, pero todas las noches hacía maratón de las películas de Harry, incluso en la que solo aparece 15 minutos y la película dura dos horas. Ya se podría considerar el fan número 1.

—Hemos llegado —anunció Alana un poco decaída.

Louis solo cerró sus ojos, "devuelta a la realidad" pensó.

—Podemos fingir que estoy enferma y regresar a Londres.

Esto último hizo sonreír débilmente al omega, pero, a lo contrario de lo que su amiga había sugerido prefirió reprimir sus lágrimas y fingir una sonrisa.

—Vamos —dijo Louis, para después bajar apresuradamente del auto.

Alana rodó los ojos y soltó un suspiro largo y pesado, lleno de frustración, sin embargo, a pasos largos y fuertes llegó a lado de su amigo.

—Espero no te arrepientas de esto —alcanzó a susurrar antes de que la madre de Louis abriera la puerta.

—¡Mi Louis!

—Hola mamá —saludó alegremente, abrazando a su progenitora.

—No sabes cuánto me agrada que estés de vuelta, con tu familia, donde perteneces.

Alana vio la incomodidad que se postraba en el rostro de Louis, por lo que decidió intervenir:

—Señora Leyla, ¿me regalaría un vaso de agua? Tengo mucha sed y no me siento muy bien.

Si bien, Louis le había dejado claro a Alana que pasaría estos días con su familia, la omega había decidido crear un plan b por si necesitaban escapar.

Después de que Louis saludara a su padre, comieran y platicaran, había decidido irse a descansar. Solo habían pasado tres horas y ya se sentía desfallecer. Se decidió por darse una ducha rápida y después desempacar, sin embargo, al salir del baño algo dentro de él le impidió hacerlo, tal vez era su omega interno gritándole que regresara con su alfa o, inconscientemente tendría la maleta preparada lista para huir.

—Louis, levántate, ya es muy tarde, tienes que arreglarte para ir a misa, recuerda que hoy verás a Thiago.

Con ese fatídico discurso su día había comenzado, y las dudas del porque estaba aquí aumentaron.

—Ya estoy listo, mamá —anunció al tiempo en que bajaba de las escaleras, vestido con un pantalón blanco holgado y una playera a juego, con zapatos cafés.

—Pero que guapo mi niño —se acercó la mujer para darle un beso en la mejilla —. Amor, recuerda que este día es muy importante, después de tantos años verás a tu prometido, debes causar una buena impresión, ser amable y cortes con Thiago, recuerda que tú valor como omega y persona depende de lo que opine tu alfa —ante este comentario Louis solo pudo rodar los ojos —. Aunque estoy convencida de que pasarás todas las pruebas de pureza previa al matrimonio.

—Si mamá, me he mantenido fiel a mi compromiso.

Ambos se vieron interrumpidos por la escandalosa carcajada de Alana, quien intentó disimular con un poco de tos.

—Perdón, me bebí el agua rápido —mientras aparentaba recuperar la respiración.

—¿Estás bien? Sí sigues mal puedes quedarte a descansar.

Wrong destinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora