CAPÍTULO 5 - Narra Aitana

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Marta: menos mal que me has avisado tía, me estaba aburriendo mazo
Aitana: bueno, no fue idea mía
Marta: es verdad, que fue idea del chulazo este-susurro
Aitana: a mi no me lo parece-susurre
Miguel: no mientas-sonrio y me miró a través del espejo ya que ahora iba sentada atrás con Marta
Aitana: deja de hacer eso idiota

El se rió nuevamente y yo le maldije por lo bajini mientras Marta no entendía lo que pasaba

Marta: mirar, no os entiendo, pero parece que os entendéis muy bien
Aitana: para nada
Miguel: llegamos, y Aitana deja de mentir

Volví a rodar los ojos indignandome y entramos

Alcohol, la música muy alta, borrachos y gente bailando o más bien rozandose y demás cosas, odiaba este tipo de sitios

Miguel: la próxima vez iremos a otro sitio
Aitana: que noche me estás dando hijo de mi vida-suspire y el sonrió
Miguel: venga, ves con tu amiga y a ver si conoces a alguien, yo iré a...

Y se esfumó

(...)

Entramos en casa después de dejar a Marta en la suya y entramos en mi habitación sin hacer mucho ruido para no despertar a mis padres

Miguel: y que has hecho, te he visto feliz y he notado tus pensamientos perversos hacía varios chicos-sonrio y se tiro en mi cama
Aitana: tienes que dejar de hacer eso
Miguel: es divertido
Aitana: pues que sepas que no he hecho nada, solo me bese con uno, fui a por una bebida y cuando regrese se estaba besando con otra y me fui
Miguel: esto va a ser más difícil de lo que creía
Aitana: tú crees?-dije haciendo sarcasmo-oye y levanta que es mi cama
Miguel: anda ven aquí-me tendió el brazo

Me acerqué sin saber que iba a hacer y me agarró de la cintura fuerte tumbandome con el

No evite soltar un grito y paso inmediatamente su brazo por encima mío

La verdad no estaba incómoda así, podía notar su calor y me sentía protegida del mundo exterior

Aitana: y tu qué has hecho, no te he visto en toda la noche
Miguel: recordar el sabor de las copas y los labios de mujeres que me miraban con lujuria
Aitana: creído-reimos los dos
Miguel: acaso tú no lo piensas

Me quedé pensando y en verdad que sí tenía razón, estaba buenísimo ahora que me paraba a pensar

Miguel: pues eso, ahora a dormir

Enterro su cabeza dentro de mi pelo, tan hondo que podía notar su respiración en muy cerca de mi cuello

Miguel: hueles bien-susurro y me dio un escalofrío
Aitana: tu-tu también-sonrei

(...)

Uff, domingo por la mañana, no tengo ganas de nada, solo de tirarme en el sofá y no hacer nada más

Me quedé con el pijama ya puesto para el resto del día y salí hacia el salón dónde había una nota

Hija, hemos ido a casa de unos amigos, volveremos tarde así que limpia la casa

Cojonudo, día de limpieza, vaya marrón

Suspiré y me tiré en la cama agotada solo por pensar lo que tendría que lidiar con el trabajo que me tocaba hacer

Miguel: que te pasa?

Levanté rápido mi mirada y ahí lo vi, apoyado en el marco de la puerta con su misma pose de chulo que el primer día

Aitana: nada, solo que me da pereza recoger la casa
Miguel: que vagos sois los humanos-rio

Chasqueó los dedos y automáticamente la casa relucía, pero como lo había hecho

Haber Aitana piensa, es un Dios

Miguel: exacto, y por eso puedo hacer esto con solo chasquear los dedos
Aitana: que dejes de leer mis pensamientos!!

El se rió y fue hacia la cocina, imagino que para desayunar

Pero que toma un dios?

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