IX

2.5K 247 8
                                    

Naruto miró con sus ojos verdes al bandido que tenía a su tío al filo de la muerte. Podía ver perfectamente un poco de sangre cayendo por el cuello y juntándose con el sudor de su tío.

— Morirás, ¿lo sabes? —

El bandido solo subió los hombros mientras que con su mano libre se rascaba la mandíbula molesto — Me llevaré a uno conmigo, niño — para luego sonreír — Pero podemos hacer un trato y todos salimos felices —

— No hago trato con delincuentes —

El bandido frunció el ceño durante un segundo para sonreír al instante, una curiosa y graciosa — Aunque sea para salvar la vida de tu tío —

— Crees porque es mi tio me interesa salvarle — la sorpresa de Steffon fue instantánea al abrir los ojos y hacer un rudios al intentar hablar algo

— Si — comento rápidamente el bandido — ¿Y a tu abuelo seguramente no le importe? —

— Lo que mi abuelo piense no es de incumbencia — contestó de vuelta al bandido — Ahora dejale y no te mataré —

— Un niño como tu no creo que me derrote — dijo con gracia mientras veía como Naruto se acercaba lentamente a él y sin duda. Sólo pudo apretar el cuchillo más en el cuello del tío que empezó a llorar y a removerse nervioso — Alejate o le corto el cuello niño —

— Hazlo, morirás al instante —

Se acercaba lentamente y vio cómo los guardias agarraron armas y le empezaron a rodear lentamente. Pero lo que le preocupaba era el niño de enfrente, no estaba siendo intimidado.

— Podemos hacer un trato. Antes de que todo vaya de mal a peor —

— Te lo he dicho. No hago trato con delincuentes que hacen perder a mi casa —

El Lannister sabía perfectamente lo que pasaba y es que el hombre estaba atascado. No iba a sacar nada de Naruto, ya que no tenía nada que ganar y si mataba a su tío tenía la protección perdida, aunque fuera pequeña.

— Te contaré sobre quien me contrató y no me matarás —

Naruto solo frunció el ceño, no era un trato lo que proponía era más una condición cara. Los bandidos, aunque bandidos, tenían un código a una medida de que poco contarán para no perder la reputación, lo mismo pasaba en las Naciones Elementales. Pero sabía que había un gato encerrado detrás de los ataques. Era extraño que solo atacaran a los carros de comida.

— ¿Quien? —

— Un comerciante cercano del castillo del Maizal —

— ¿Por qué te contrato? —

— Ganancias en su negocio, no lo sé. Sigo órdenes y gano dinero. Además se estos lares desde pequeño, era buen negocio hasta que llegaste tu pequeño zorro —

Naruto solo sonrió mientras que miraba al bandido. Si, sabia que le podía servir de algo sin que le moleste mucho y más conociendo que sabía estas tierras — Te arrestare, pero por cooperar te podre ayudar a no morir —

— Me parece bien — comentó el bandido mientras soltaba al tío. Le tiró para adelante y salió corriendo al lado de su sobrino que ni se inmuto. El bandido se quedó ahí con las manos hacia arriba enseñando que no iba hacer nada.

— ¿Mi señor es bueno confiar en él? —

— No confío en él. Confío en mi perjuicio. Arrestarle, nos llevará al comerciante y luego veré que hago —

— Como ordene mi lord —

Pudo ver cómo los soldados fueron hacia el bandido que solo bajó las manos mirando a Naruto directamente por primera vez vio el ojo marrón del hombre — ¿Como te llamas? — pregunto Naruto desde atrás

MaquiavelicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora