XIX

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El cuerno sonó y retumbó por todo el área mientras que la gente se callaba. Tywin lo miró desde su sito una copa de vino en mano, era amargo como a él le gustaba.

Vio hacia la posición donde estaba su sobrino en el centro de una formación de flecha los dos gigantes que deberían ir ahí están en las puntas.

—Va a morir ahí — comentó Joanna por lo callado mientras que le daba de comer a Jaime el cual estaba sentado en su regazo — El impacto sera catastrofico para alguien como él —

Miro de reojo a su hermano Kevan y a su esposa. No estaban preocupados lo más mínimo, puede que la mujer estuviera un poco más de lo normal, eso no quitaba que no lo enseñara.

— Tyson estará bien tendrá algo bajo la manga — comento Tygett el cual estaba de pie como guardia, escondido de todo el mundo — Además Barristan Selmy entró en una justa a los diez, Tyson tiene uno más —

—Ser Barristan es un caso muy diferente — comentó Tywin, lo había visto en la Guerra de los Nuevepeniques y tuvo hasta miedo de él hombre cuando cortaba como si fuera un cuchillo de caza en el cuerpo muerto de un animal

— Igualmente — comentó Joanna — Es una posición peligrosa para un niño como él —

Tywin frunció el ceño, la preocupación de su esposa por su sobrino era extraña, desde pequeño no tenía afecto de ella o era hasta tratado con peculiaridad por su amada esposa.

Los sonidos de rechinar de los caballos le sacaron de su pensamiento circular. Las piernas de los caballos golpeaban el suelo y polvo hacía que subiera. La tensión era palpitante y el silencio era tanto como el del Desconocido.

— Arremeter caballeros ¡QUE GANE EL QUE LOS DIOSES ELIJAN! —

Y como si se volviera a la guerra, Tywin vio los caballeros más precipitados de los reinos moviéndose para enfrentarse en el medio. El golpe fue duro entre por lo menos media docena de hombres, un Dustin había salido volando de su caballo, después se levantó con un brazo suelto y aun así se enfrentó a otro caballero que había intentado robarle la tela.

Lo sorprendente fue como Victation Greyjoy el comandante de las Islas del Hierro estaba ahí en medio enfrentado con sus hachas contra Ser Robb Wensington.

El tumulto era diferente a cualquier otro. Se podían ganar de tres maneras ya sea por ser el último reino al haberse retirado los demás, complicado. El que más telas puede adquirir de los enemigos al final del día, siendo que los seis caballeros valiesen siete puntos y el Comandante catorce. Capturando al comandante del reino contrario, será aún más complicado.

Vio a Tyson ahí sentado encima de su caballo blanco mirando mientras que las cien personas entraban para empezar a luchar. Tywin noto la molestia de Ser Vengarl Clegane por cómo su caballo se estaba moviendo nerviosamente.

— Tyson no hace nada — comentó Jaime mirando hacia su primo — No como el señor gigante ese del centro —

Miro a Victarion Greyjoy ganando a por lo menos a unos diez hombres junto a sus dos compañeros Ulf Kenning y Donnor Saltcliffe. Otros bárbaros que sólo servían para pelear de lo que parecía.

— Tranquilo Jaime, a Tyson le gusta siempre dar el primer paso — comentó con una de las pocas risas que salían a Tygett — Ahora verás que va a por el precio grande —

Tywin miró a su sobrino y vio como daba con sus manos una señal. Agarrando las riendas de su caballo el cual se puso en dos piernas se encaminó directo hacia la guardia real el en la punta de la lanza.

No veía la cara de su sobrino, pero sabía perfectamente que que estaba sonriendo como un león a su presa.

No veía la cara de su sobrino, pero sabía perfectamente que que estaba sonriendo como un león a su presa

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