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El fastidio de ayer seguía en mí hasta ahora, no dejaba de recordar las palabras de mi mamá cuando llegué tardé a casa. Le expliqué el porque no había llegado más temprano pero no le importó y me dejó sin televisión por esta semana, ¡pero yo ni veo la televisión!.

–Te notó más viejo—Oboro apenas había llegado—¿Qué pasó?

–Él profesor me hizo acompañar a Mic a su casa—me miró raro.

–¿Quién es Mic?

–Él nuevo idiota de este salón—con un "ah" se sentó dejando su mochila en el suelo.

–Que mala suerte, ayer no hubo pelea—lo miré—Sensoji nunca llegó.

–Ja...¿Quién es él maricon ahora?—los dos reímos hasta que él maricon apareció por la puerta.

–Quítate—movió de un empujón a un chico y caminó hasta su silla.

–Ya es tarde...¿Dónde estará Mic?

–Quién sabe, quizás está...¿Y a ti por qué te interesa saber?—esa mirada la conocía muy bien.

–No hagas tus teorías locas, si llegué 2 horas después a mi casa por llevarlo a la suya me parece una gran idiotez que ahora no llegué aquí—solo me preocupaba en pocas palabras, pero no lo iba a decir, qué vergüenza.

–No entendí bien lo que dijiste, pero igual te gusta—lo miré incrédulo y luego saqué la lengua.

–Que asco, claro que no—él lindo chico de cabellera rubia pasó por la puerta al momento de mi discusión con Oboro, ahora llevaba puesto un pantalón gris como ayer pero con otro diseño y una simple camisa azul con una frase en inglés en letras blancas  (libertad brillante creo).

–¡Buenos días Shōta!—se acercó hasta mi lugar sonriendo—muchas gracias por lo de ayer.

–Buenos días Mic, no es nada—camino y se fue a sentar, mire de nuevo a la izquierda y Oboro sonrió aún más que antes.

–Buenos días Mic~ bésame~—le di un empujón y escondí la cara en uno de mis libros.

–Callate, te va escuchar...

Antes de que comentara otra cosa estúpida él profesor llegó, tal vez fue la suerte o el destino pero sucedió otra cosa esta tarde antes de que regresará a mi casa.

Tensei llegó tarde y cuando le preguntaron por su retraso sólo dijo que su hermano no puede quedarse solo, Nemuri después de que Oboro le dijo que a mi me gustaba él nuevo no dejaron de molestar hasta que cada quién se fue a su casa, el día de hoy saldríamos más temprano y como parece que ya es costumbre me volvieron a detener en la salida de la escuela.

–Hola Shōta, como ayer ayudaste a Hizashi con lo del tren no te molestara ponerlo al corriente de las clases ¿verdad?—todo lo contrario, ¡no Shōta! ¡Tú no eres así con nadie!

–No, está bien—Mic a sus espaldas me sonrió, no lo puedo creer.

–Bueno los dejo tengo que arreglar unos asuntos.

Termine de colocarme mis zapatos y vi como Mic hizo lo mismo, los míos eran unos simples zapatos negros y los suyos unos converse amarillos con agujetas negras.

–¿Dónde quieres estudiar?—lo pensó un rato y me dijo.

–No conozco mucho por aquí...

–Cierto, lo siento—salimos juntos y mientras pensaba en dónde estudiar Mic sacó algo de su mochila.

Thanks, lo lavé—tome el suéter y me lo puse, vaya que si tenía frío, por su parte él sacó una sudadera color negra para colocarsela.

–No tenías porque lavarlo, no estaba tan limpio cuando te lo presté de todos modos—río un poco.

La Excusa Perfecta Para Dedicar Canciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora