Capitulo 1.

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Las gotas de la ducha caen pesadamente sobre mí, y el agua caliente se evapora y deja todo absolutamente mojado. Cuando acabo, me enredo la toalla alrededor de mi cuerpo, y salgo de la ducha.

El tacto con el suelo, me pone los pelos de punta, me seco con la toalla, y la dejo colgada encima del lavabo.

Cuando llego a mi habitación, veo que mi cama ya está completamente hecha, y las sabanas  cambiadas.

- Sheila, te importaría poner la lavadora después?- la voz de mi madrastra me sobresalta, y me ruborizo, dado que solamente llevo un sujetador y unos shorts puestos.

-Mm, vale, pero podrías irte Lili? - Le digo con toda la amabilidad posible.

- ¡Claro! , pero que no se te olvide lo que te acabo de decir.- Dice.

Cuando cierro la puerta, escucho a Lili decir;

- Y no te quedes mirando a las mus-arañas, el desayuno está listo- dice.

Me apresuro a ponerme una camiseta blanca y unos pantalones más largos.

No es que Lili sea la peor persona del mundo, pero se cree que es mi madre, cuando en realidad, mi madre está en Frey, en medio de una guerra.

Son las 6:30 de la madrugada, y el amanecer se ve precioso desde mi ventana.

Me preparo para ir a la universidad, cojo todos los libros y me dirijo al comedor, donde Lili está leyendo el periódico.

-Mm, ¿hay alguna noticia? - Digo con la voz quebrada.

- Sí y no. — "¿Qué quiere decir con eso?",  siempre hay noticias o cartas de mi madre, y siempre avía recibido como respuesta un sí.

- ¿Que?- pregunto.

- Pues que no hay ninguna carta de tu madre, pero hay otra noticia - dice, como si nada.

- ¿Cual?- digo muy  nerviosa, nunca en los 2 meses que llevo viviendo aquí, no hemos tenido una conversación tan cortante.

- Pues que... - Empieza a decir y se le quiebra la voz.- que, no abra instituto asta previo aviso. -

Se lo que quiere decir perfectamente con eso. La guerra se está acercando y han dado la voz de alarma.

Los colegios se cerraran hasta previo aviso, recuerdo muy bien cómo empezó todo en Frey, cerraron la universidad, después comenzaron a cortar el agua y las provisiones y más tarde, nos dejaron sin luz alguna, la gente estaba asustada y los niños lloraban todas las noches y así hasta que comenzaron los bombardeos, mi madre tuvo bastante suerte en conseguir que me trajeran aquí, dado por hecho que soy mayor de edad no necesitaría ninguna casa de recogida, pero en las condiciones en las que estábamos, me dejaron venir. Ahora no quiero que la misma historia se repita, y si se repine yo no estaré para vivirla.

Nunca ¿verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora