T/N Johnson BrownAilin y Derek fueron unas personas que sin duda alguna valió conocer. Divertidos, algo tontos y confiables, como fieles.
Siempre hubo una pequeña rivalidad entre ellos. Si se pelean se desean, era algo que Marcus y yo solíamos recordarles, pero que ellos siempre negaban. A un lado estábamos nosotros, los dos pelinegros, riendo de sus estupideces, peleaban hasta por quién respiraba mejor o más rápido. Si los veías compartiendo un espacio en calma había dos opciones: una, estaban enojados o dos uno de ellos se sentía mal. Pelearon hasta el último día en el que pude verlos.
Ailin: Me dan asco tus combinaciones de ropa, verde y anaranjado ¿¡Qué sucede contigo!?
Derek: ¿Qué tiene? La belleza la traigo yo, mírate traes ropa bonita pero estás horrible
Ailin: ¿¡Horrible yo!?
Derek: ¡Horrible tú!
Ailin: ¡Oooh, cruzaste la línea Miller!
Derek sonrió y salió corriendo de la habitación, Ailin tras él iba a toda velocidad. Me gustaba mucho ver cómo se desmostraban su amor, porque aunque no lo aceptarán era evidente que eso era. Digo, ambos solían salir con chicos y chicas de a montones, uno para cada día de la semana, pero eso empezó a cambiar y lo noté. No solo yo, también Marcus, ambos estaban dejando de salir con las demás personas, era como si se fueran fieles aún sin ser nada. Era de cierto modo, tanto estúpido como adorable.
Me habría gustado aver tendido una charla con cada uno y decirles tantas cosas, pero lo sabían, nunca se me dió bien hablar. Sin embargo, si pudiera verlos aunque sea un momento les diría todo.
...
A ti Derek, rubio bobo, gracias por tanto. Por tus bromas que me alegraban aunque parecía que no. Tus palabras, juegos y por siempre hacerme sentir bonita. Por siempre estar dispuesto a cuidar de mi, así no lo nececitara, gracias.
Puedo verte. Para de llorar, rubio. Vamos, vuelve a decir bromas tontas y a ser feliz. Deja de pensar en que quisieras estar conmigo, saca esas ideas estupidas de tu mente y vuelve a ser tú. Hazlo, está vez, te lo pido por favor.
Quiero al chico risueño y coqueto de vuelta. Vuelve.
...
Y mi peli-rosa alocada. Ailin cuando te conocí en el baño de la escuela, supe que serías una persona que siempre recordaría. Por tu terquedad y nunca saber quedarte callada. Siempre sabías que decir para seguir con la conversación. Tus consejos me ayudaron mucho, tu vida era un jodido desastre, hacías y deshacias lo que se te diera la gana y aún así trataba de ayudar a los demás para que sus vidas fuera lo máximo, como lo hiciste conmigo.
Nunca me gustó el desorden, irónicamente tú eras uno y joder como te quise.
...
Por otro lado
Marcus se quedó conmigo esa tarde. Tenía la mirada en la puerta mientras negaba con la cabeza.
T/N: Se meterán en problemas con los de seguridad ¿cierto?
Marcus: Por supuesto que sí